Según el informe de la Comisión, los aficionados valencianistas «lanzaron un bote de humo en los alrededores de un bar y profirieron proclamas violentas y amenazas contra los seguidores del equipo local, lo que provocó que el propietario del establecimiento se viera obligado a cerrarlo».
Posteriormente, el grupo «ocupó la vía pública impidiendo la normal circulación de los vehículos, provocando una seria alteración de la seguridad ciudadana por las calles de Madrid».
La policía detectó que las imágenes de estos actos se estaban difundiendo por las redes sociales.
Los seguidores fueron identificados, se les retiraron las entradas para acceder al estadio y se les acompañó al autobús, que les trasladó de nuevo a Valencia.
Antiviolencia ha recomendado a Atlético de Madrid y Valencia «que extremen la precaución y controlen la expedición masiva de entradas con el fin de prevenir actos como los ocurridos en Madrid», sobre todo teniendo en cuenta que ambos equipos volverán a enfrentarse el próximo 8 de enero en octavos de final de la Copa del Rey.