Si hay algo que caracteriza a Joaquín Caparrós es el trabajo realizado desde la base. La cantera siempre ha sido un pilar fundamental sobre el que se ha sustentado la carrera del técnico de Utrera. En Lezama, sin ir más lejos, descubrió y pulió a perlas como Javi Martínez, Fernando Llorente o Iker Muniain. No es habitual ver a un primer entrenador tan implicado con los chavales más jóvenes.
Desde el primer minuto como entrenador granota, Joaquín Caparrós se ha puesto el mono de trabajo. Ayer, a primera hora de la mañana, el técnico departió con el director deportivo, Manolo Salvador, sobre los mimbres necesarios para hacer realidad el nuevo proyecto de cantera levantinista.
Justo después, y junto a otros miembros del cuerpo técnico, Caparrós marchó a la Ciudad Deportiva de Buñol para tener un primer contacto con las instalaciones. Allí conoció a los trabajadores, y tras visitar la residencia donde viven los chavales de la cantera, expresó a sus colaboradores y al club su deseo de ampliarla. La idea es que crezca la capacidad de la residencia de la Ciudad Deportiva de Buñol para que se puedan hospedar un mayor número de jugadores.
En la actualidad se puede alojar a un máximo de treinta futbolistas, aunque a fecha de hoy los internos no alcanzan esa cifra. Allí se hospedan grandes promesas de la cantera levantinista como Carlos Calderón, Jason, Pau Soliveres o Adrian Salom. La cantera del Levante ha crecido mucho cualitativamente en el último año y, de potenciarse y aprovecharse el máximo, puede convertirse en el complemento perfecto del nuevo proyecto de Caparrós.