Cuentos chinos

Tomen nota, por favor: Cazorla, Joaquin, Borja Valero, Azpilicueta, Michu, Pablo Hernández, Reyes, Negredo, Fernando Llorente, Javi Martínez, Kun Agüero, Koné, Caicedo… Son sólo algunos de los ejemplos de futbolistas que han salido huyendo de la autoproclamada «mejor liga del mundo» en las últimas dos temporadas.

La realidad es que el nivel del campeonato español, conducido por sus dirigentes a convertirse en una liga de dos, apesta a bancarrota de tal manera que a la mínima ocasión los futbolistas de un nivel medio-alto, no dudan en emigrar.

Y lo hacen porque es evidente que mejoran su sueldo, y también porque en cualquier otra liga mitigan la frustración de andar enrrolados en equipos comparsas, que es en lo que se han convertido todos los equipos de la liga española que no sean R. Madrid o Barcelona. El campeonato español se compone de 18 sparrings y dos transatlánticos que gozan de todos los privilegios apoyados por un incapaz y abusivo poder.

La sumisión de los presidentes de primera y segunda división agiganta el modelo de la bicefalia futbolística al entregar la presidencia a Javier Tebas.

El hombre que es incapaz de rehabilitar la Liga que preside más allá de la alianza con un teleoperador al borde de la quiebra, ahora vive por y para ser el paladín justiciero que «desface entuertos» de compra y venta de partidos sin más pruebas (hasta el momento) que su palabra.

Cualquier excusa es buena para intentar justificar que la liga es un pestiño infumable del que la clase media-alta futbolera sale huyendo y que echa a los aficionados de los estadios.

Primero la culpa de las deudas de los clubes por su pésima gestión, fue de las radios porque entraban gratis al fútbol (que digo yo, que puestos a cobrarle a los que van a un estadio a trabajar, cualquier día le toca pasar por caja a la policía y a la Cruz Roja).

Luego el problema era el de los horarios (la española es la única liga en la que hay un horario para cada partido, y oiga visto lo visto habría que plantearse que parece que el resto de ligas son las que están en lo cierto).

La última y delirante vuelta de tuerca la pronunció el coleguita de Tebas. Jaume Roures, jefe de Mediapro y auténtico amo de la liga, dijo que los clubes deberían jugar entre las 12 del mediodía y las 4 de la tarde sus partidos para «favorecer la expansión en el mercado asiático».

Que yo sepa, a esas horas (entre sábado y domingo) se juegan el núcleo de partidos de la jornada en Inglaterra, Alemania o Italia. Y, qué quieren que les diga. Entre un Arsenal-Liverpool (4º contra 7º en la Premier la pasada campaña), y un Real Sociedad-Betis (4º contra 7º en la liga BBVA la pasada campaña), a la hora de elegir el partido que ver por la tele el chino será chino, pero no es gilipollas. Elegirá la Premier.

En esta liga de dos sólo importa tener contento al teleoperador. Puestos a buscar productos televisivos de éxito, propongo a Tebas y Roures que monten un reality al estilo «Pesadilla en la Cocina» con Pocholo reformando discotecas en quiebra (bueno, en realidad reformaría más los servicios).

Es preferible velar por el producto televisivo y dar la espalda al aficionado. Hay que jugar en horario chino para favorecer la expansión asiática, pero no se pueden conocer ya los horarios de las tres primeras jornadas para ayudar a los aficionados españoles que aún quieren seguir la competición.

Lo dicho, un cuento chino. Y encima, de los malos.

 

Manolo Montalt (@ManoloMontalt)

Director de La Taula Esportiva de Radio Nou

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