Darko, pasión valencianista desde Serbia

Darko es un alemán de padres serbios nacido en la localidad germana de Speyer. Se hizo valencianista hace años, cuando el equipo llegó -y perdió- las finales de Champions ante Madrid y Bayern. A Darko no le gusta ningún conjunto teutón: él es del Valencia, y está acostumbrado a sufrir en silencio con las victorias y derrotas de su equipo, sin otros aficionados que compartan su pasión por el club de Mestalla en su vecindario.

En los últimos dos días, Darko estuvo en los entrenamientos del equipo en las instalaciones del Speyer 09. El destino quiso que el equipo de su corazón eligiese, de entre todas las localidades del mundo para hacer su pretemporada, la ciudad en la que nació y creció. Pudo hablar con sus compatriotas Miroslav Djukic -uno de los jugadores a los que siempre admiró y por los que se hizo valencianista- y el preparador físico Dejan Illic.

Pero nada le había preparado para lo de esta mañana. Darko ha acudido a la última sesión de entrenamiento para ver a sus ídolos por última vez. Tras sacarse fotos con alguno de los futbolistas, comenzó a hablar con un hombre en la puerta del campo de entrenamiento. Charlaron de Serbia, del Valencia, de su pasión valencianista y de lo difícil que es ser aficionado del equipo en solitario en una ciuad como Speyer. Hablaron de la soledad del aficionado en territorio extranjero, y de lo complicado que es adquirir material oficial del club. Hablaron de valencianismo, en definitiva.

Lo que Darko no sabía es que su nuevo amigo no era otro que Amadeo Salvo, presidente de la entidad. La cara de sorpresa y admiración del seguidor no ha tenido desperdicio. Pero la sorpresa ha dado paso a la emoción cuando Salvo le ha prometido dos camisetas del equipo para recompensar su fidelidad al equipo. Darko era un mar de lágrimas.

Y, efectivamente, cuando el seguidor ha acudido minutos después al hotel del equipo, allí estaba el director de comunicación, Damià Vidagany, para hacerle entrega de las prendas. «¡Son preciosas!» ha exclamado, tras besar el escudo. El aficionado alemán ha podido pasearse por el interior del equipo y fotografiarse con practicamente todos los futbolistas al tiempo que le firmaban las prendas. El hombre estaba boquiabiertoLa última jornada del Valencia en Speyer será un día que Darko Kalabic no olvidará nunca.

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