Y es que, tras el pitido final y las pertinentes ruedas de prensa de los dos entrenadores, la entrada al vestuario del Valencia CF fue testigo del reencuentro entre Miroslav Djukic y Carlos Suárez, distanciados tras la marcha del serbio de tierras vallisoletanas al finalizar la pasada temporada.
De por medio, una denuncia del Valladolid hacia su ex entrenador y los dos ayudantes que se trajo a Valencia, Ray Henric-Coll y Dejan Ilic. El club blanquivioleta consideraba que existía un incumplimiento de contrato por parte del cuerpo técnico, que según los directivos debía haber abonado unos 350.000 euros en el momento de su marcha.
Además de este enfrentamiento en los juzgados el pasado verano, los últimos días de Djukic en la ciudad del Pisuerga estuvieron marcados por un público distanciamiento de la directiva encabezada por Carlos Suárez. Así quedó demostrado en la rueda de prensa de su despedida, sólo y sin el apoyo institucional que merecían los dos años tan exitosos que había vivido allí.
Pero eso ya es pasado, no muy lejano eso sí, pero por lo visto esta noche en las entrañas de Mestalla, algo olvidado por las dos partes. Suárez se mostró cariñoso con su ex técnico, que le devolvió el afecto con varios gestos cómplices que confirmaron el buen rollo que impera en la actualidad. Ray Henric-Coll e Ilic también compartieron este momento, así como un agradable reencuentro con varios miembros del Real Valladolid que coincidieron con ellos en el José Zorrilla.
Ha sido un bonito gesto del máximo mandatario vallisoletano, ayudado sin duda por la corriente positiva que genera un buen resultado sobre el terreno de juego de su equipo. Sabedor de las dudas por las que atraviesa el actual proyecto de Djukic en la capital del Turia, su antiguo jefe entendió que era momento de darle cariño al hombre que devolvió a Primera División a todo un histórico del fútbol español.