Miroslav Djukic lleva dos semanas anotando mentalmente todos y cada uno de los detalles de su plantilla. Gestos, caras, reacciones, palabras públicas y en privado… Absolutamento todo. Incluso ha llevado a cabo una pequeña investigación interna para averiguar cuáles son los futbolistas que se han quejado en el vestuario por la labor de los encargados de la preparación física. La conclusión no es halagüeña para el preparador: en los momentos ‘calientes’ y de mayor tensión, sólo puede confiar en un puñado de futbolistas.
Según ha podido saber VLC NEWS, Miroslav Djukic ha depositado su confianza e incluso hablado individualmente con algunos de los siguientes seis jugadores en las últimas horas. Media docena de futbolistas en los que el técnico tiene fe ciega: en unos momentos en los que el compromiso de la plantilla ha sido puesto en cuestión por los aficionados, el serbio cree que estos hombres son los que deben ‘tirar del carro’ el próximo domingo ante el Sevilla y en sucesivos partidos. En un área indefinida se encuentra el grueso de la plantilla. Y en el extremo opuesto, un par de futbolistas que han decepcionado profundamente al entrenador tras los últimos acontecimientos.
El ‘nucleo duro’ lo conforma el clan portugués. Ricardo Costa, Joao Pereira y Hélder Postiga, a juicio del técnico, han demostrado en las últimas semanas el grado de compromiso necesario para ganarse los galones sobre el césped. El capitán, de hecho, fue el encargado de apaciguar los ánimos de los aficionados tras el batacazo ante el Swansea. La baja del lateral se notó, y mucho, ante el conjunto galés. Y Postiga sólo lleva unos meses, pero su carácter tímido no le ha impedido expresarse sin tapujos en los últimos días acerca de los males del equipo. Dentro del vestuario el sentimiento es unánime: «Los portugueses son los más competitivos».
Junto a ellos se encuentra Diego Alves. El portero brasileño, que en verano parecía estar enfadado con el mundo, cambió de mentalidad a mediados de agosto, justo a tiempo para el inicio de la competición. Dejó a un lado su cabreo con un sector de la prensa que, a su entender, se ha posicionado en el lado de Vicente Guaita; y centró todos sus esfuerzos en ganarse el puesto. Su trabajo ha dado sus frutos: a fecha de hoy, el brasileño es uno de los baluartes de Djukic y, sistemáticamente, el mejor jugador del Valencia en los cuatro compromisos ligueros que ha disputado hasta la fecha. El domingo volverá a estar bajo palos, salvo sorpresa monumental.
Junto a ellos se agiganta la figura de Javi Fuego. El ‘tapado’, el chico para todo, el hombre cuya implicación y sacrificio más ha sorprendido a los técnicos desde el primer día. Sólo lleva tres meses, pero ya manda como uno de los veteranos del vestuario. Djukic cree que el asturiano es fundamental en el puesto de ‘stopper’, especialmente a la hora de motivar y arrastrar a otros compañeros que se vienen abajo al primer revés. Y junto a él, el serbio también destaca la motivación y entrega de Míchel Herrero, que en ningún momento ha puesto mala cara cuando no ha disputado minutos y que, en lugar de sumarse al descontento general cuando fue relegado al banquillo hace dos semanas debido a los malos resultados, ha redoblado esfuerzos.
Alves, Joao, Ricardo Costa, Fuego, Míchel y Postiga. Una columna vertebral experimentada en su mayoría a la que Djukic se aferra de cara al vital partido del domingo, y que tiene todas las papeletas para componer el once que se mida al conjunto de Unai Emery. En su día, el técnico vasco hablaba de un «once de seguridad» cuando las cosas se torcían: una alineación que el cuerpo técnico podía recitar de carrerilla cuando los resultados no acompañaban y en la que estaban los jugadores más implicados, no necesariamente los que más calidad tuviesen.
El serbio busca su «once de seguridad». Este sexteto de jugadores lo integra, junto a hombres que el técnico destaca a su entorno cercano como Jonas, Guardado, Fede, Pabón o Canales debido al trabajo realizado en el día a día. En ellos toca confiar de cara al domingo. A ellos ha confiado Miroslav Djukic su cargo como inquilino del banquillo de Mestalla.