El héroe del viaje

Muy buenas. Podéis leer estas líneas en tiempo y forma gracias a una persona. Un hombre. Un héroe. Un tipo que salió al rescate cuando la adversidad se cernía sobre VLC NEWS. Una leyenda que salió al paso del destino para evitar un final cruel. Siempre recordaré su rostro, y desde luego, siempre recordaré su enorme gesto para con nuestro grupo de enviados especiales.

Nos quedamos, a la una de madrugada, sin wi-fi en el hotel.

Seguro que más de uno ha sentido esa sensación de desesperación palpitante en la sien cuando ves que todo tu trabajo se va por la borda. Pasa hasta en las mejores familias. La china le tocó ayer de madrugada a VLC NEWS con la crónica del partido ante el Mannheim. Una crónica trabajada, alegre, sentida y bien rematada, que se marchó al limbo de los ordenadores cuando la conexión dejó de funcionar en la habitación. El bono de una semana había expirado. Dos pensamientos rápidos: «Ya llevamos una semana aquí…» y el más duro pero acertado «Mátame, camión».

Salir a la calle y llamar a la puerta de la portería del hotel, medio en bolas y con sudores fríos recorriéndote el pescuezo, es una experiencia que no recomiendo a nadie. Por suerte, apareció Él. No le pregunté su nombre, no le había visto en mi vida, pero respondió a la llamada del telefonillo. Era un señor mayor, de unos cincuenta años y espeso bigote blanco, a lo Hindenburg. En un perfecto alemán -imagino-, atendió las súplicas de un españolito chapurreando en germánico de forma incoherente e inconexa. Abrió la recepción, se sacó de la manga un par de recibos con la clave del wi-fi del hotel, y se marchó de forma silenciosa en la oscuridad de la noche. Ahora ya no sólo le debo mi hipoteca a Alemania: también le debo mi vida. Así que, ‘Herr’ Como-te-llames… ‘viele danke!’

Problemas logísiticos al margen, el viaje a Mannheim de ayer nos dejó poquito espacio para visitar la ciudad más allá de su centro neurálgico de facto, la Friedrichsplatz, repleto de estudiantes ociosos y una estampa imposible de ver en las ciudades españolas. El verde lo rodea todo. Y si bien en Valencia somos especialistas en abusar del agua y las flores para la decoración urbana, aquí demuestran un gusto exquisito para esos detalles.

Del partido poco hay que destacar. Para ser un campo de cuarta división alemana -equivalente a la Tercera en España-, el Carl-Benz Stadion es un campazo con todas las letras. Caben oficialmente 27.000 tíos. Ahí es nada. Lástima que ninguno de ellos mime el césped del estadio con el cuidado con el que lo hacen en la plaza de la ciudad. Hacía tiempo que no veía un ‘patatal’ similar. Por fortuna no hubo daños colaterales, así que se queda en mera anécdota.

Lástima que Braulio no haya venido finalmente al ‘stage’. La faena le retiene en Valencia, pese a que más de uno piensa -y se encarga de expresar en voz alta siempre que puede- que el director deportivo se pasa el día tocándose la nariz. Veremos si finalmente acude a Speyer el viernes en compañía de Amadeo Salvo y el director general Luis Cervera. Un apellido que, curiosamente, mi autocorrector se empeña en convertir en ‘cerveza’ a la mínima ocasión. Hasta el portatil se me está empezando a volver un poquito alemán

 

Paco Polit (@pacopolit)

VLC NEWS – Speyer (Alemania)

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