El teclado tiembla de emoción mientras se agolpan ideas a toda velocidad. Hoy es el día. Al fin. Los nubarrones se han aclarado y el futuro se ve con rayos de sol bañando nuestros pensamientos. Fumata blanca. El acuerdo es oficial. Joder, ya era hora.
El dicho popular sigue manteniéndose a prueba de bombas: «La banca siempre gana». O, al menos, nunca pierde. Bankia cobrará hasta el último penique prestado al Valencia desde 2001. Con Soler llegaron las tropelías y el crédito superó los 220 millones. El agujero era -y eso- terrorífico. Y Lim, de la mano de Salvo, ha venido para taponarlo. Para evitar que el club se ahogue en él.
A falta de que los patronos refrenden su elección, de que se firme ante notario y de que se informe a los accionistas, Lim es ya el dueño de la institución valenciana más conocida en el mundo. El singapurense entra por fin en el mundo del fútbol por la puerta grande, tras muchos años intentándolo en balde.
Si les apetece podemos ponernos a debatir sobre los cambios que ha habido en la oferta de Lim desde que arrancó la negociación con el banco hace casi tres semanas. Del tira y afloja que ha promovido, finalmente, que el Valencia no se quede ‘a cero’, sino que vaya a tener que seguir ligado al banco durante casi dos décadas más pagando religiosamente para devolver todo lo prestado. De si de verdad la de Lim es la mejor oferta o alguna de las otras candidatas ofrecía mejores condiciones. De si el Valencia y el valencianismo pierde, con la venta, parte de su esencia.
Pero, ¿saben qué? Que ahora mismo sólo puedo pensar en fichajes, en Jackson Martínez, en renovar a Bernat y Diego Alves, en una pareja de centrales con Otamendi y Mathieu que acojone a los rivales, en un Parejo imperial en la medular acompañado de ‘cracks’ a su altura, en los goles de Alcácer, en Mestalla a rebosar, en meterle cinco al Madrid en el Bernabeu el año que viene, en volver a Europa, en poner patas arriba el fútbol español…
En todas esas cosas pienso ahora mismo. Así que ya analizaremos sesudamente todo dentro de unas horas. Hoy no. Hoy toca disfrutar. Y soñar. Es mediodía, pero voy a ponerme un copazo.
¿Se apuntan?
Paco Polit (@pacopolit)
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