Fracasa-dos

Porque de dos fracasos voy a hablar hoy en este rinconcito que da últimamente para pocas alegrías, muy a mi pesar.

Tras la derrota ante el Getafe por 1-3, el primer fracaso del que cabe hablar es el del proyecto deportivo de Amadeo Salvo. Escribía servidor hace un par de semanas aquello que canta Carlos Goñi de «es lo que es, hay lo que hay, por ahora no dan más», a lo cual hay que añadir aquello que cantaba Serrat de «nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio». Porque más allá de filias o de fobias, la realidad es que el proyecto deportivo de Amadeo Salvo es un fracaso.

En la Liga los dos últimos partidos han venido a mostrar el resultante de una plantilla empobrecida hasta el extremo en las dos últimas temporadas (ahí hay una parte en la que el actual presidente no es culpable). La realidad es que en dos años han salido futbolistas que ahora serían titulares sin ninguna duda en este Valencia: Jordi Alba, Soldado, Adúriz o el Tino Costa, más allá de caerte mejor o peor, son sin duda futbolistas de mucha más entidad que Guardado, Cissokhó, Javi Fuego, Postiga o Pabón.

Pero con alguno de ellos te dio para, aún no entrando en Champions, llegar a la Europa League sobrado. Este año, ni para lo segundo.

Mala elección de entrenador, mantenerlo excesivo tiempo, un secretario técnico en el que nadie (incluso diría que él mismo) tenía fe y una composición de plantilla y vestuario horrorosas. Al final, dos entrenadores, dos secretarios técnicos y el movimiento de nueve piezas en el mercado invernal son demasiado para cualquier equipo.

Quiero hacer un aparte con Rufete. Lo ha intentado. Y esa valentía (aunque finalmente sin acierto) merece mis respetos. Era muy arriesgado lo que intentó y no ha salido. Pero otro con dos meses en el cargo y sin saber si va a llegar a más del 30 de junio no se hubiera ‘mojado’. Rufete trabaja como si fuera a estar toda la vida y esa dedicación (al menos en mi humilde opinión) es plausible.

Los futbolistas no dan para más. Es un grupo muy justito en lo futbolístico que cuando no va al 200% no le gana a nadie. A las pruebas me remito. Y desgraciadamente, comienzo a tener la sospecha de que la única bala que queda en la recámara -Europa- tiene de su lado la fortuna de que todavía el equipo no se ha topado con ningún rival de entidad.

Y para acabar, quiero hablar de otro fracaso: el de Pedro León. El murciano demostró por qué cuando llegó a un vestuario grande como el del Madrid fue una anécdota al que el fútbol de primera línea le guardaba el papel de aguador en un grupo de élite. Más allá del mensajito que le dictaron por la noche tras el partido y que colgó en redes sociales (por cierto, alguien debió advertirle que las tildes nunca mataron a nadie), es infantil intentar presentar como un calentón una acción reiterada y dilatada en el tiempo.

La historia de Pedro León es la de un fracasado que el domingo tuvo su segundo de gloria tras haber pasado por la primera línea del fútbol como Bob Esponja por un desfile de Armani. Aún así, Mathieu jamás debió caer en la reiterada, repetida y meditada provocación del ex levantinista. El fracaso del proyecto deportivo valencianista quizá tenga solución con los dineros del inversor. El fracaso de Pedro León por no dar el nivel, ni como deportista ni como futbolista, ya no lo arregla nadie.

 

Manolo Montalt (@ManoloMontalt)

Director de La Taula Esportiva (NOU Radio)

 

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