Postiga deja la eliminatoria abierta en tiempo de descuento

Los plantamientos pueden arruinar o sentenciar para bien una cita, una reunión o un partido de fútbol. Y si además hay un choque de vuelta en apenas una semana, todavía más. Pizzi jugó desde el principio con un tiempo límite de ciento ochenta minutos en la cabeza, no de noventa. Así armó el once, con una idea clara aunque no fuese la más popular entre los aficionados. Los primeros minutos le dieron la razón.

Los quince minutos iniciales del Valencia fueron buenísimos, los mejores de la era Pizzi. El equipo presionaba en bloque cerca del área de Courtois, con dos líneas definidas de cuatro en defensa y en la medular, con Fuego como enlace por delante de la defensa y Postiga como única referencia arriba. Que no significa, por cierto, como único delantero: tanto Bernat como Fede se hincharon a pisar la frontal del área. Un centro de Fede desde banda derecha, llovidito, fue rematado de forma defectuosa por un descentrado Postiga. Poco después Parejo remató alto desde la frontal. Fueron los mejores minutos del Valencia en todo el partido.

El pistón físico comenzó a decrecer a partir del minuto veinte. El Atlético empezó a encontrar los caminos hacia el área de Guaita. Las bandas colchoneras empezaron a carburar. Diego Costa comenzó a cobrar protagonismo asociándose con Adrián y Raúl García, que tuvo la mejor ocasión hasta el momento en un remate duro arriba que Guaita solventó con una manopla providencial. Esta vez el de Torrent tapó bien el primer palo, aprendiendo del error del día ante el Madrid.

Ante la falta de fuerzas, tocaba tirar de compromiso y colocación. Un par de instrucciones desde la banda, mucho sacrificio y que el Atlético también estaba pasando apuros ayudaron a hacer asumible la tarea, titánica en principio, de mantener a cero la portería hasta el descanso con una de las ‘fieras’ de Primera enfrente. El marcaje que Mathieu realizó en el primer acto al hispano-brasileño fue el mejor que se ha visto esta temporada. La lucha de guerreros fue preciosa.

Otro duelo de ‘profes’ se vivió al descanso entre Richino y Ortega, preparadores físicos de Valencia y Atlético de Madrid. Querían hambre y sangre en los ojos de los futbolistas para afrontar el segundo acto. Nuevamente, el Valencia salió ganador. El equipo volvió a dominar y a hacer gala de una intensidad desconocida en el tramo inicial de la reanudación. Míchel, Parejo y Fuego se multiplicaron en la medular para taponar la salida de balón colchonera. Diego Costa fue un islote mientras el Valencia merodeaba y se acercaba. Postiga se peleaba consigo mismo y con toda la defensa, pero nunca desfalleció. Eso, como el valor al soldado, hay que reconocérselo.

Simeone, ante el panorama, movió sus piezas para buscar una reacción. Arda Turán y el ‘Cebolla’ Rodríguez buscaron dar más mordiente en ataque, pero el Valencia sujetó con suficiencia a las nuevas incorporaciones. También Pizzi buscó refrescar una medular desgastada por la exigencia e intensidad demostradas en el primer acto. 

Y entonces, un error de Guaita mandó al traste todo el trabajo. Una ‘cantada’ incomprensible, todavía más difícil de explicar que la del día ante el Madrid. El despeje de puños fue quizá el más defectuoso que cualquiera podría imaginar, dejando el balón muerto y en la cabeza de Raúl García, quien sólo tuvo que cabecear a puerta vacía. No hay palabras para explicar el tamaño del jarro de agua fría que le cayó encima al respetable en Mestalla. La situación se agravó minutos después con la gran diferencia en el partido: Canales puso un balón precioso en la escuadra que Courtois sacó con una manopla impresionante. El 0-1 era la triste realidad a un cuarto de hora del final.

Volvió a tener otra ocasión monumental Canales, mandando a las nubes un remate con la derecha dentro del área cuando Courtois estaba vencido: el francés acababa de detener con otra mano inexplicable un disparo desde la frontal. El recital del meta del Atlético se remató con una parada de reflejos a un cañonazo violento de Feghouli tras regatear a tres jugadores en carrera. Desesperación total y absoluta en el bando local. Era como ver a la reencarnación de Benji Price.

No era justo. No lo era. Tanto esfuerzo no podía quedar sin premio. Los últimos cinco minutos y el descuento fueron un asedio a un Atlético de Madrid deconcertado, que se encomendó a Courtois para irse de rositas de Mestalla. Feghouli, Guardado, Piatti… Todos remaron y encajonaron a los colchoneros. En la última del partido, la jugada llegó de una banda a la otra: el remate de Guardado, de media tijera, botó en el suelo y cayó en el segundo palo.

Y allí llegó Postiga, para meter la cabeza y el alma completa y marcar un gol que le liberó, por fín, después de mucho tiempo. Mestalla se vino abajo en uno de esos momentos de tensión, jolgorio, alegría, rabia y corazón que tan pocas veces se ven últimamente en la Avenida de Suecia. El partido no podía acabar de otra manera. Eliminatoria abierta. Este Valencia es otro.

 

Ficha técnica

Valencia CF. Guaita; Joao, Ricardo Costa, Mathieu, Guardado; Fuego, Parejo; Fede (Piatti 68′), Michel (Feghouli 62′), Bernat (Canales 66′), Postiga.

Atlético. Courtois; Juanfran, Miranda, Alderweideld, Filipe Luis; Gabi, Guilavogui (Arda Turán 58′), Koke (Tiago 80′); Raúl García, Adrián (Cebolla Rodríguez 66′), Diego Costa. 

Goles

0-1 Raúl García min. 68; 1-1 Postiga min. 90+2

Árbitro: Clos Gómez (Colegio Aragonés). Mostró amarilla a Fede (min. 60), Juanfran (min. 66), Fuego (min. 68), Diego Costa (min. 78), Parejo (min. 86)

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