Quiero creer

Tras el partido y la derrota ante la Real Sociedad, poco a poco la impresión de que Djukic anda perdido y desorientado gana enteros en mi fuero interno, por más que quiera creer lo contrario.

Y eso cuando comencé a apuntarlo hace ya unas semanas me llovieron las críticas (tranquilos, tengo muy anchas las espaldas). Era pecado decir que Djukic comenzaba errado en su discurso y que sus primeras decisiones me parecían discutibles. Toda la argumentación era que es «uno de los nuestros y siente los colores».

La crítica hacia un entrenador debe ser más sesuda, profunda y debe ir por otros derroteros. Nada ni nadie podrá borrar lo que ha sido Miroslav Djukic como futbolista en el Valencia CF. Desgraciadamente a este paso muy pocos van a poder sostener su trabajo como entrenador en el Valencia si continúa por este camino.

Ni siquiera Djukic se parece al del Valladolid. Allí, con peores jugadores, jugaba un mejor fútbol que ni por asomo se ha visto en Valencia.

La derrota ante los guipuzcoanos dejó al aire las carencias futbolísticas de un equipo que debe actuar cada segundo de cada partido al 120% ya que tiene problemas evidentes con el gol y además tiene una preocupante penumbra creativa en el último cuarto de cancha.

Juego previsible, lento y por el centro. Futbolistas que no están como Pabón. Otros en el ostracismo preguntándose cuándo les llegará y aportando más que el el titular en los pocos minutos que aparece como Parejo o gente que hace buen partido como Alcácer o Barragán (sí, Barragán en Bilbao estuvo muy bien y merecía continuidad, ¿porqué no decirlo?) y después no tiene continuidad ante la llegada del teórico titular predeterminado en esa posición.

Es evidente que la plantilla no es para tirar cohetes, pero sí da para mucho más que lo que se vió ante la Real Sociedad. Por un lado, es la jornada 9 de un proyecto nuevo en su primer año. Pero por otro, el fútbol no espera a nadie. Djukic necesita acertar más en sus decisiones como acertó en la de echar del equipo a Ramí (bravo ahí por el míster).

Queremos creer en Djukic, pero al contrario que en la ya famosa canción de Joaquín Sabina, desgraciadamente no «nos sobran los motivos»Más bien, vamos escasos de ellos por más que queramos…

 

Manolo Montalt (@ManoloMontalt)

La Taula Esportiva (NOU Radio)

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