Salvo: ilusión contra realidad

Salvo, Amadeo, presidente del Valencia, está entrando en una guerra de guerrillas que no le conviene y que en este momento le viene grande: la de intentar justificar cosas que no debe. O de asegurar cosas que no puede. El Valencia está en números no rojos sino rojísimos, y cualquier buena oferta será estudiada le guste al presidente o no. Incido en lo de ‘buena’ oferta. No hablamos de regalar jugadores: hablamos de planificación y de futuro.

Todos son transferibles por el precio que pensamos que valen, por supuesto. El precio del mercado no lo pone el comprador, lo pone el vendedor. Y el Valencia CF es el que quiere vender o necesita hacerlo. Entiendo la postura de fuerza que busca demostrar el ‘nuevo’: es positivo que los rivales sepan que no será fácil negociar con el Valencia… pero acabará siendo un paso forzoso que habrá que llevar a cabo.

Salvo esta todavía aterrizando y debe saber leer con inteligencia el ‘otro’ partido en juego. El de los intereses, los medios y la importancia de las palabras. Uno puede ser directo y valencianista sin necesidad de hacer promesas que quizá luego no pueda cumplir. La afición prefiere sinceridad a ilusión. Porque la sinceridad tiene perdón, pero la ilusión no. Y el aficionado es el único que tiene derecho a soñar, enfadarse y creer. 

Pedimos muchas veces que los colores se sientan de una u otra manera, cuando lo cierto es que los colores se sienten como cada uno puede. Los aficionados dramatizan cualquier comentario o se ilusionan ante el más extraño rumo. Más todavía cuando la parroquia valencianista tiene la suma facilidad de debatir las cosas mas extrañas del mundo. Por lo tanto, el mensaje de un presidente debe ser pasional pero comedido.

Las decisiones tomadas hasta ahora se pueden entender o no, pero se respetan. Por el margen de confianza que damos a los nuevos proyectos o que debemos dar. Por ello es fundamental que Salvo comience a dominar el lenguaje ante los medios y a ser lo mas realista posible. A la postre, la esclavitud de las palabras ha matado a muchos intocables. Y, si no me creen, al tiempo. Que ya somos mayores y este partido es muy largo.

 

Carlos Egea (@cegeavivo)

Periodista TVV

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