El Valencia Basket afronta un inicio de competición trepidante. Después de ver todo lo bueno que tiene el equipo de Perasovic, nos adentramos en lo que realmente vale, la competición oficial. Nuestro equipo ha realizado una pretemporada inmaculada, que para algunos valdrá más y para otros menos, pero que para mí sí tiene valor.
Ver al equipo ser tan superior a casi todos los rivales de esta pretemporada ya da síntomas claros de lo que puede ser la competición. Estamos delante de una plantilla sin apenas fisuras, hemos visto un equipo capaz de apretar desde arriba en defensa, con un nivel de intensidad que sobrepasa a ciertos rivales, y capaz de proteger la canasta con la intimidación y poder reboteador de algunos jugadores. Hay muchísima calidad y se vuelve a ver frescura en las piernas y en las cabezas de los que ya estaban y de los que han llegado, algo que hay que mantener para que, cuando llegue ese momento importante de cada competición, estemos enteros.
Quizás también ganamos algo respecto al año anterior en rotación interior sin la presencia de Faverani, el cual por calidad te daba y por carácter te quitaba. Esta temporada se sale ganando en el sentido de que cada uno asume mejor su función dentro del equipo.
Ahora la competición te obliga, estamos ya ante lo que cuenta. Con estos partidos de inicio que tiene Valencia Basket contra Barça, Unicaja Málaga y CAI Zaragoza (estos equipos en las 5 primeras jornadas), se debe refrendar la buena dinámica mostrada hasta el momento. Ya he dicho que para mí sí que tiene importancia lo hecho en pretemporada porque nos ha dejado claro un mensaje, independientemente de estos partidos de inicio de la competición: este equipo ha crecido y quiere estar cerca de los dos «grandes».