Soldado: una historia con demasiadas verdades

“Voy a ser valencianista hasta el final”. Así se despedía Soldado en el aeropuerto de Manises tras repartir una somanta de palos a su ya ex presidente que no se recordaba en Valencia desde que Albelda explicó en su día lo que le parecía Juan Soler. Reconozco que esperaba un discurso más suave y con menos ácido sulfúrico.

Por mucho que todos supiéramos hace tiempo que la relación Salvo-Soldado no era un jardín de rosas. No dudo de su valencianismo -yo no, aunque hoy esté de moda opinar lo contrario-, pero si cuestiono abiertamente sus epitafio público. Expondré las múltiples aristas de esta historia.

Soldado siente como parte de su familia a los Toldrá. Y si haces daño a los Toldrá, le haces daño a él mismo. En eso, el nuevo jugador del Tottenham es leal hasta la muerte. Demostrado ha quedado. Pero los ojos llorosos de Soldado al hablar en el aeropuerto de su Valencia -no el de Salvo- demostraban más cosas. Soldado va a ganar el doble de lo que cobraba en Valencia. Podríamos de forma sencilla llegar a la conclusión de que se marcha por dinero. Pero no seria contar toda la verdad. Si Soldado solo hubiera estado jugando en el Valencia por dinero, ya habría forzado marcharse cuando vino el Tottenham por primera vez a buscarle. O cuando vino la segunda. En ambas ocasiones le doblaban el sueldo. Como ahora. Y no movió un dedo para marcharse. No tengan duda de que esta historia no va ‘sólo’ de dinero.

Soldado -acertada o equivocadamente- veía un proyecto serio y con recorrido de la mano de Llorente. Veía verdad. Y la salida del ex presidente le hizo mucho daño. Confiaba en lo que Llorente hacia, en como lo hacia, y en los resultados de esa forma de gestionar el club deportivo. La salida de Llorente rompió algo en la cabeza de Soldado que no consiguió pegar el recién llegado Salvo. Más bien hizo añicos lo que quedaba del jarrón. Soldado dejó de ver verdad para ver mentira.

Al delantero no le gustó la forma de proceder de Salvo desde el primer día, y a Salvo no le gustó la forma de proceder del jugador desde la Confe Cup. A Soldado le cambiaron la novia de toda la vida por una chica que no conocía de nada y que no le gustó desde el primer día. Salvo llegó sin novias y se lo dejó claro a Soldado. Se nos rompió el amor, y fin del cuento.

Se va un gran capitán, que sentía los colores y que dignificaba el brazalete. Sus años en el club, su implicación pública y privada y sus goles por doquier, no van a quedar empañados por sus últimas palabras. Al menos para mí. Pero eso no es excusa. Creo que Soldado se ha equivocado gravemente. Habló bien del club, de la afición y de su paso por Mestalla. Solo habló mal de Salvo. Pero eso último es lo que llena los titulares, lo que mas resuena, lo que mas daño hace. Y aunque Soldado solo quisiera contar su verdad y zurrar públicamente a Salvo, ha atacado públicamente al presidente del Valencia, y por tanto ha hecho daño colateralmente al club que tanto le dio. Y en su salida, más allá de duelos personales, el club merecía por su parte únicamente agradecimientos.

Solo espero que esta guerra en toda regla Toldrá & cia contra Salvo y viceversa, no afecte a Paco Alcacer y Gayá. Dos de las jóvenes perlas de la cantera valencianista, que apuntan a emblemas del Gloval Project y que, curiosamente, están representados por los mismos que acaban de bombardearse con Salvo en el affaire Soldado. Que también tiene narices que dos jugadores de Toldrá Consulting sean los que deben liderar el proyecto de cantera de este nuevo Valencia. Pero es la puñetera verdad. Así que, por el bien de todos, espero que los Toldrá no se representen a si mismos con los jugadores que tienen todavía en el Valencia -y que son muy importantes para el futuro- utilizando a los chavales como armas de revancha en la batalla contra Salvo.

E igualmente espero que Salvo no entre en una guerra sin ganadores precisamente por lo que acabo de escribir. Porque para mantener el talento también hay que tener talante. Y Salvo ha entrado muy fuerte marcando territorio, en una maniobra poco común pero no exenta de peligro. Porque se ganará el fervor popular con puñetazos encima de la mesa, pero tampoco debe olvidar que en este mundo del fútbol los dirigentes mandan mucho, pero los representantes más. Porque son las personas en las que confían los jugadores. Y el fútbol lo juegan los futbolistas. Miren a Soldado; confía ciegamente en unos, dejó de confiar en el otro. Y se fue.

PD. ¿Quién es victima y quien villano en esta historia?¿Cuáles son las múltiples mentiras que Salvo le dijo a Soldado? Seguiremos informando, como siempre, en VLC NEWS.

 

Kike Mateu (@kike_mateu)

Periodista

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