Aún no nos hemos repuesto de una de las noticias más temidas por el levantinismo. Tal y como han discurrido los acontecimientos estos últimos meses, conocer que Ballesteros deja de ser jugador del Levante es una noticia que entra como un puñal en los corazones más apasionados y fieles del club de Orriols. Muchos pueden pensar que el club ha tomado esa decisión porque no confían en la inocencia de Sergio.
Yo pienso que no es así.
Mi teoría es la siguiente –agarraos a algo-. Quico y su consejo han reiterado varias veces desde el miércoles hasta hoy que no tienen ninguna información más sobre la investigación que se está acometiendo en torno al polémico 0-4 del Deportivo en Orriols. Y, realmente, creo que dicen la verdad. El club anda perdido en el tema y no sabe si realmente los implicados en la polémica son culpables o inocentes, o si solo algunos son culpables y otros cuantos inocentes. No lo tienen nada claro.
En esta tesitura muchos dirán que lo lógico, entonces, sería apelar a la presunción de inocencia y seguir contando con estos jugadores que tanta gloria han dado y tanto esfuerzo han derramado por el club. Pero no es tan fácil. ¿Qué pasaría si, por ejemplo, en febrero del año que viene saliese la noticia de que son todos culpables?
Insisto, es una hipótesis, no tiene porque ajustarse a la realidad. ¿Se acomete la rescisión del contrato de todos ellos de forma inmediata, destrozando así al equipo? Nos volveríamos a ver en las mismas que esta temporada con el caso Martins pero en otras posiciones del terreno de juego, con un final de temporada de onces improvisados y repletos de parches.
Por ello, la dirección deportiva ha puesto en marcha un plan inteligente a mi modo de ver. El club alude a un ‘cambio de ciclo’ en el Levante, en el que los implicados en la revuelta del partido del Deportivo no cuenten dentro de la plantilla. A sabiendas que podría ser una injusticia, se le ofrece a Ballesteros un puesto en el club para que, mientras no se demuestre lo contrario, el club transmita de puertas para afuera que le apoya y cree en su inocencia.
Pero siempre cubriéndose las espaldas para que si, a lo largo de la temporada que viene, saliera alguna noticia desgraciada, la plantilla granota no se quede de golpe sin dos o tres jugadores clave por verse obligado a rescindirles de inmediato, a lo que habría que sumar el consiguiente golpe anímico para la plantilla.
Dejando claro que esto sólo es una teoría personal, si verdaderamente estos son los motivos reales para la marcha de Ballesteros, es sin duda un gran acierto por parte de la dirección deportiva y una manera inteligente de afrontar el terrible problema de no saber realmente lo que pasó. Como aficionado granota, y mientras nadie me demuestre lo contrario, lloraré su marcha y mostraré mi más sincero agradecimiento por lo que nos ha hecho sentir estos últimos años nuestro gran “Papá”. Gracias por todo, eterno capitán Sergio Ballesteros.
Rafael Grilles (@rafagrilles)
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