Se acerca el 9 d’Octubre, Dia de la Comunitat Valenciana. Un año más la Procesión Cívica marcará un día festivo y conmemorativo para lo valencianos. Actos cívicos, políticos y religiosos se celebrarán a lo largo y ancho de nuestro territorio. Además, el día de nuestra Comunitat coincide con el de Sant Donís, patrón de los enamorados valencianos.
Como siempre, distintas visiones de este día, y como siempre también, polémicas varias. La más reciente la prohibición de que la Real Senyera entre en la Catedral para el tradicional Te Deum. El gobierno municipal, encabezado por Compromís y conformado además por PSPV y Valencia En Comú, la marca local de Podemos, decidió el pasado año que la bandera valenciana no entrase en la Catedral afirmando que se trata de un acto religioso y que las instituciones deben ser laicas. Hasta ahí, una postura coherente con partidos que quieren una separación total Iglesia – Estado.
No obstante, resulta llamativo que el mismo Ayuntamiento que prohíbe la entrada de la bandera en la Catedral, promocione hasta la saciedad, a través de cartelería y redes sociales, la festividad de Sant Donís. ¿Es que a caso no es también una fiesta religiosa? ¿O es que a pesar de ser religiosa sirve para ‘crear conciencia nacional?
La incoherencia no acaba ahí. Recientemente la conselleria de educación desautorizaba a un centro educativo que había impedido a una alumna asistir a clase con su pañuelo musulmán. Debate a parte sobre la conveniencia o no del uso de símbolos religiosos en la educación. El argumento de la conselleria para autorizar a la alumna fue la libertad religiosa.
Tal vez sería mejor establecer una línea clara, porque si somos laicos, lo deberíamos ser para todo, ni felicitar el Ramadán ni asistir a la Ofrenda de Flores a la Verge dels Desamparats, por muchos votos que dé.
Lo religioso en lo público sí es posible. Lo público en lo religioso no. No es posible aclararse con tanto vaivén ¡Vaya lío!