La empresa valenciana Closca ha conseguido cerca de 45.700 euros en la plataforma de microfinanciación norteamericana Kickstarter y empezará a comercializar en octubre su casco plegable para bicicletas.
Obra de un grupo de ingenieros de la Universidad Politécnica de Valencia, en colaboración con el Instituto Valenciano de Biomecánica, el casco de Closca (caparazón en valenciano) ha obtenido la homologación necesaria para ser utilizado en Europa y Estados Unidos, y en breve también en Australia, Japón y Canadá.
Según ha explicado a EFE uno de sus creadores, Carlos Ferrando, la financiación del proyecto ha sido posible gracias a 434 microinversores que han aportado un total de 60.337 dólares, cantidad con la que se iniciará la comercialización de los pedidos directos en primer lugar, para posteriormente empezar su distribución en tiendas físicas. «Realmente esperábamos haber obtenido el doble de fondos, pero estamos satisfechos porque podemos empezar con el proyecto. Hace dos semanas que disponemos de todas las tallas y ya trabajamos en promociones de lanzamiento», señala Ferrando.
Quienes más han apoyado este proyecto han sido los inversores norteamericanos, ingleses y alemanes, un 85% del total. «En España la gente prefiere que esté el producto en la tienda. Eso será a partir de octubre, cuando lo comercializaremos en tiendas físicas de Estados Unidos, Polonia y Alemania inicialmente», añade este ingeniero.
La fabricación del casco plegable se realizará en China «no por falta de voluntad de hacerlo en España», según Ferrando, quien explica que en el país asiático se les ha facilitado el crédito necesario que ha sido «imposible» conseguir en España. «En estos momentos tenemos varias negociaciones abiertas con tiendas de moda, donde queremos que se vea y se compre nuestro casco, y también con grandes ciudades norteamericanas que podrían ofrecer nuestros cascos junto con el servicio público de alquiler de bicicletas, eso sería un gran éxito», reconoce Ferrando.
La empresa emergente o ‘startup’ Closca Design se creó a finales de 2011 con el reto de crear «un casco plegable que se pudiera guardar en la mayoría de bolsos y mochilas y formar parte de la forma de vestir y el estilo de vida de los ciclistas urbanos», según su creador. Tan sólo existen dos empresas en el mundo, una coreana y una francesa, que comercializan actualmente un sistema parecido al valenciano aunque, según Ferrando, «muy caros y con complejos mecanismos» y cuya forma final mantiene un gran volumen.
Su modelo, por el contrario, costará «menos de 60 euros», pesa la mitad que estos modelos ya existentes y reduce su tamaño hasta dejarlo «en un 38 % de su volumen», como un libro, con «un sólo movimiento y en apenas un segundo».