Cómo ahorrar en la compra del coche

Aunque hay gente que compra un coche a la primera de cambio, de manera visceral, es muy importante, y recomendable, fijarse en ciertos aspectos que nos pueden suponer un ahorro importante de dinero.

Lo primero es asesorarse: un coche no es cualquier cosa, es uno de los gastos más importantes para una familia. La diferencia de precio en un coche, a veces el mismo modelo exacto, puede ser de cientos e incluso en algunos casos miles de euros, en función del concesionario. Así pues, una comparativa bien planteada, obteniendo precios de distintos concesionarios, es básica para no pagar de más.

¿Qué coche necesitas?

Antes incluso de empezar a comparar precios de un modelo, deberíamos saber cuál es el que más se adapta a nuestras necesidades. Hay una parte importante de conductores que acaba comprando coches que no son los más adecuados para el uso diario. Quizá el caso paradigmático es el de aquellos que compran todoterrenos para ir por ciudad. Algo completamente incómodo que acaba suponiendo un sobrecoste en combustible y en el precio del vehículo. A cada uso, el coche que más se adecue.

El equipamiento es también básico. No es difícil empezar a sobrecargar de equipamientos nuestro coche, pero los realmente importantes son los de seguridad, como por ejemplo el sistema de frenada de emergencia autónoma (AEB en sus siglas en inglés).

El tipo de combustible: a elegir en función del uso

Es otro de los eternos debates: qué sale más a cuenta, ¿diésel, gasolina, coche híbrido, coche eléctrico? Si nos ceñimos al combustible, en general se calcula que si se realizan más de 15.000 kms anuales empieza a valer la pena adquirir un diésel. Hasta este consumo, lo que supone de ahorro en combustible se pierde por el sobrecoste de compra del coche. Hoy en día tanto los gasolina como los diésel se están ajustando notablemente a la baja en consumo, y por ello en cada caso hay que mirarlo con lupa. Y en cuanto a los híbridos y eléctricos, los incentivos para su compra, la mejora en la autonomía y las reducciones de precio en los nuevos modelos empiezan a hacerlos muy interesantes para todo tipo de compradores.

La garantía, cuanto más duradera mejor. El sobrecoste que supone la garantía se compensa con imprevistos del día a día.

El renting puede ser una buena opción. Los autónomos pueden acceder a coches que por una cuota mensual fija cubre absolutamente todo, reparaciones incluidas. Solamente es necesario preocuparse de pagar el carburante.

También es posible optar por la compra de un coche kilómetro cero o seminuevo, pero hay que fijarse a fondo, porque con la crisis coches completamente nuevos tienen tantos descuentos que vale la pena ser el primero en utilizarlo Vía RACC

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