En esta época no solo hay menos horas de luz solar, cuando llueve se reduce la visibilidad y empeora la nitidez con la que se percibe la circulación. Además, la disminución de la adherencia exige aumentar la distancia de seguridad y reducir la velocidad para evitar el acuaplanin. De hecho, en siete de cada diez accidentes con mal tiempo, llovía. Le aviamos de los principales riesgos y cómo debe actuar.
Menos visibilidad y adherencia
Si lleva el parabrisas sucio por las salpicaduras de agua, barro y grasa, cuando ponga en funcionamiento las escobillas se puede formar una capa sucia que impedirá la visibilidad. Y si no toma precauciones para que no se empañen los cristales, puede quedarse drásticamente sin visión del exterior.
Tenga en cuenta que las primeras gotas, al mezclarse con el polvo y la grasa del asfalto, harán que la adherencia sea crítica, pero mejorará algo si sigue lloviendo, haciéndose más uniforme. Cuanto mayor sea el agua acumulada en el firme, las distancias de frenado se alargarán. Pero cuidado, porque si llueve torrencialmente o existen “bañeras” en la carretera, el coche puede hacer acuaplanin y patinar sin dirección. Además, al circular por zonas con balsas de agua, la humedad podría afectar a las pastillas y a la eficacia de los frenos.
Cómo actuar
Para mejorar la visibilidad, encienda el alumbrado de carretera para hacerse más visible a los demás; incluso el de antiniebla trasero si la lluvia es muy intensa y los coches levantan una cortina densa de agua. Evite las salpicaduras aumentando la distancia de seguridad; y cuando active el limpiaparabrisas, hágalo con abundante líquido. Antes de arrancar, limpie todos los elementos del coche que le permiten ver (parabrisas, espejos y faros) y ser visto (intermitentes y la totalidad del sistema de alumbrado. Y para evitar el empañamiento, active toda la potencia del climatizador o del aire acondicionado y dirija el chorro hacia los cristales; una bayeta puede ser un buen complemento.
Para adaptarse a la pérdida de adherencia, Aumente la distancia de seguridad y reduzca la velocidad, especialmente en zona de curvas; si se ve obligado a frenar sin ABS, procure hacerlo en línea recta y suelte los frenos antes de empezar a girar el volante. Y si se produce el acuaplanin y patina el coche, sujete firmemente el volante, no haga movimientos bruscos, no frene (ni siquiera con ABS) y levante suavemente el pie del acelerador. Por otro lado, compruebe de vez en cuando que sus frenos funcionan bien y si fallan por el agua o la humedad, séquelos pisando repetida y suavemente el pedal del freno.
Qué hacer si surge el acuaplanin Si el asfalto no drena bien el agua o se han formado pequeñas bañeras en la carretera, el coche podría sufrir el fenómeno conocido como acuaplanin (ver infografía). la mejor manera de evitarlo es reducir la velocidad y mantener los neumáticos con la presión y la profundidad del dibujo adecuados (mínimo legal 1,6 mm, recomendable 3 mm).
Si a pesar de todo su coche se queda sin dirección y comienza a patinar, sepa qué hacer: Mantenga firme la dirección, corrija en lo posible las pérdidas de trayectoria y evite acelerar o frenar. Los expertos recomiendan mantener el acelerador a punta de gas para facilitar el giro de las ruedas y mantener una velocidad uniforme para evitar la transferencia de masas y posibles derrapes.
Más de 9.000 «sucesos meteorológicos»
Durante el último invierno, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil comunicó a la DGT más de 9.600 “sucesos meteorológicos” de alta intensidad que afectaron a la seguridad y fluidez de las carreteras. Concretamente, 4.924 se debieron a nevadas, 2.958 por niebla, 812 a tramos inundados, 388 a causa de la lluvia, 389 por la acción del viento y 124 debido al hielo en la calzada. Le indicamos dónde afectaron más:
Lluvia/inundaciones: Vizcaya (182), Álava (179), Guipúzcoa (142), Cádiz (82) y Cantabria (79).
Niebla: León (306), Zamora (299), Burgos (263), Valladolid (220) y Palencia (135).
Nieve: León (590), Burgos (458), Huesca (361), Guipúzcoa (282) y Teruel (277).
Hielo: León (24), Zaragoza (18), Castellón (13), Granada (6) y Tarragona (6).
Viento: Valladolid (80), Burgos (79), Palencia (60), Zamora (37) y Santa Cruz de Tenerife (13).
Conducción y climatología adversa
Aumente la distancia de seguridad, adecúe la velocidad a las circunstancias del tráfico, evite adelantar en vías de doble sentido, y preste especial atención a peatones, ciclistas o motoristas, ya que la lluvia reduce la visibilidad, aumenta la distancia de detección y provoca reacciones imprevisibles en el vehículo (pérdida de adherencia, riesgo de perder el control…). Es fundamental circular con unos neumáticos en perfecto estado, con una presión correcta y una profundidad del dibujo por encima de 1,6 mm. En caso de aquaplanning, sujetar firmemente el volante, no acelerar y nunca tocar el freno.
Con climatología adversa, hay que llevar siempre las luces puestas, ya que una menor iluminación aumenta el cansancio al volante. Llevar el vehículo en perfecto estado, con un buen reglaje de luces y limpiaparabrisas, mejorará los niveles de seguridad, ya que veremos y seremos vistos con tiempo suficiente.
Las condiciones climatológicas adversas, como la niebla o la lluvia se suman a una menor luminosidad propia del otoño, haciendo más difícil la conducción, ya que disponemos de una menor cantidad de información por la falta de luz. Este hecho obliga a mantener un mayor nivel de atención, lo que provoca un mayor nivel de fatiga. Una mala ventilación o una temperatura elevada en el interior del vehículo empeoran la comodidad para conducción. Hay que renovar el aire, evitar la sequedad en el habitáculo, y disminuir los niveles de monóxido de carbono que pueden entrar los conductos de ventilación.
Precaución con los badenes y zonas anegadas
Durante la conducción deberemos estar atentos a las circunstancias del tráfico, de las señales informativas y de las indicaciones de los agentes. Nunca debemos arriesgar nuestra seguridad cruzando badenes inundados o zonas anegadas, ya que desconocemos la profundidad o los posibles socavones ocultos por el agua, corriendo el riesgo de dejar nuestro vehículo atrapado en la balsa de agua. Es importante recordar que cuando un vehículo se ve anegado, pierde toda la tracción, y puede ser desplazado sin control alguno por parte de los ocupantes.