Niebla: ¿Conduce a ciegas?

Conducir con niebla puede comprometer la seguridad porque limita la visibilidad y hace más deslizante la calzada.  La niebla supone uno de los más peligrosos problemas para la circulación y puede producir accidentes en cadena muy graves cuando los conductores no mantenemos una distancia de separación adecuada a las condiciones de visibilidad. El uso correcto del alumbrado antiniebla (la trasera es obligatoria si la niebla es espesa) y adecuar la velocidad a la marcha para poder frenar a tiempo, son las mejores armas.  Aunque el alumbrado antiniebla puede utilizarse también cuando nieva o llueve intensamente, se conviene desconectarlo si existe riesgo de adeslumbramiento a los conductores que circulan detrás; es decir, si la niebla, la lluvia o la nieve son ligeras. Por otro lado, si la niebla es intensa y circulamos por carreteras convencionales, se desaconseja el adelantamiento. A continuación le explicamos los riesgos de este fenómeno atmósferico para la circulación y cómo debemos actuar.

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