Se necesitará una autorización para el alquiler de vehículos con conductor en respuesta a la polémica con Uber. El Consejo de Ministros ha aprobado este viernes un Real Decreto por el que se modifica el Reglamento de la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres y que contempla la obtención de una autorización para la prestación de servicios de arrendamiento de vehículos con conductor.
En la aprobación de este reglamento se ha contado con la participación de representantes de los sectores afectados y contó con la conformidad por parte de las comunidades autónomas, de los departamentos ministeriales y tiene el dictamen favorable del Consejo de Estado.
Con esta modificación se delimitan los servicios de alquiler con conductor y los prestados por el sector del taxi, de forma que se configura como una modalidad concreta de transporte de viajeros en vehículos de turismo y requerirá la obtención de una autorización administrativa.
Las autorizaciones las concederán las comunidades autónomas y permitirán a sus propietarios desarrollar la actividad de arrendamiento con conductor de forma habitual, sin perjuicio de que se puedan prestar servicios fuera de la misma con algunos límites.
Se han establecido reglas de proporcionalidad para mantener el equilibrio con la oferta de taxi, «cuando ésta se encuentra sujeta a limitaciones cuantitativas en una Comunidad Autónoma o en un municipio concreto».
Este Real Decreto contempla, a su vez, que dichos servicios de arrendamiento con conductor deberán haber sido contratados antes del inicio de los mismos, de forma presencial, telefónica o telemática y que dentro del coche se deberá llevar la documentación acreditativa del mismo.
Los precios de estos servicios no estarán sujetos a tarifas administrativas y los vehículos usados para estos servicios no podrán estacionarse o circular por las vías públicas para captar clientes que no hubiesen contratado antes dicho transporte.
Esta modificación delimita los servicios de alquiler con conductor y los prestados por el sector del taxi. Se pone freno a la actividad que desde el año pasado desarrollaba en España la compañía Uber: recordemos que es una aplicación que permite a los pasajeros conectar con conductores registrados, los cuales ofrecen servicios de transporte.
«Estos vehículos podrán llevar publicidad y signos externos de identificación, pero siempre que no induzcan a confusión con la actividad desarrollada por los vehículos con licencia de taxi».