Ciudadanos no escucha a los ciudadanos

Apabullante es el ascenso de Ciudadanos en los últimos meses: discurso cuidado, centrista, neo-socialdemócrata, europeísta y alejado de los rancios tics socialistas, y un líder nacional, Albert Rivera, con una impecable imagen y marca personal: joven, telegénico y de verbo ágil. Y la muestra de ese ascenso la tenemos en los resultados de las recientes elecciones andaluzas y en los llamativos incrementos porcentuales en intención de voto que arrojan las encuestas que se prodigan estos días en los medios. El partido de Rivera y sus responsables de comunicación, a nivel nacional, parecen haber hallado una “fórmula mágica” para conectar con cada vez más electores.

Contrasta, y mucho, el apabullante ascenso del partido naranja a nivel nacional, con las descompasadas políticas de comunicación y errores estratégicos de la matriz hacia el diferencial mercado electoral valenciano, y con la torpeza – imprudencia – insensibilidad – falta de respeto de su candidata a la Generalitat Valenciana, Carolina Punset.

Ignora Cs que nuestra sociedad, la valenciana – que en un 65% según la última encuesta del CIS al respecto, y a pesar de tres décadas de catalanización educativa – tiene una fuerte conciencia lingüística e identitaria, en absoluto reñida con los valores constitucionales, transmitida de padres a hijos desde hace siglos a modo de memoria histórica, cultural e identitaria colectiva.

La primera falta de respeto la perpetró el sr. Nart, flamante entonces eurocandidato y actual eurodiputado, durante la campaña electoral de 2014 al Parlamento Europeo, haciendo mofa y befa de forma pública en una conocida tertulia televisiva hacia aquellos que sentimos la lengua y cultura valencianas como propias, singulares e independientes de cualesquiera otras.

El segundo desaire llegó cuando Cs anunció recientemente que su web dispondría de versiones en las diferentes lenguas regionales de España: castellano, catalán, euskera y gallego. Del valenciano, la primera lengua neolatina peninsular en dar a la cultura un Siglo de Oro literario y en la que cientos de personajes de cultura han afirmado escribir y hablar por activa y por pasiva, ni rastro.

El tercer hachazo lo recibimos cuando el mismo Albert Rivera anunció en Catalunya Ràdio las nuevas versiones de la web, y cuando fue preguntado irónicamente por la tendenciosa presentadora del ente catalán por la versión de la web en valenciano, el mismo Rivera recalcó con cínica sonrisa que la web estaría en castellano, catalán, euskera y gallego.

La ausencia de criterio al respecto y las presiones de la sociedad valenciana han conseguido que Cs añada a su web una versión en valenciano. Bien por los “naranjitos”, ¿no? Pues nos encontramos con un burdo “copiar + pegar” de la versión en catalán de la web, perpetrando un claro insulto a la inteligencia de los valencianos. Todo ello acompañado del silencio y el cierre de filas de la militancia valenciana y cargos regionales del partido, algunos de ellos incluso muy dados a dárselas de grandes valencianos y defensores de la identidad valenciana en las redes sociales, al más puro estilo PP.

Mismo cierre de filas que el obtenido cuando la sra. Punset, muy dada a alardear de su pedigrí catalán, pero poco dada a entender y escuchar a los que nos enorgullecemos de nuestro pedigrí valenciano, bloquea por sistema en Twitter a cualquier valenciano que le pide humildemente explicaciones por ignorar nuestro idioma, por afirmar que la paella que se comió en Fallas tenía un estupendo sabor a orégano, o por llamar “blaveros” (tal y como nos bautizó la Falange en tiempos de Franco y nos denominan despectivamente los catalanistas, esos contra los que su partido tanto lucha en Cataluña) a los valencianistas y afirmar que “son cuatro y caben en un taxi”.

Demuestra por tanto la sra. Punset, y por traslación, todo Ciudadanos, un gran desconocimiento de la sociedad a la que pretende representar, del problema sociocultural e identitario que padecemos a causa de correligionarios de los mismos que envían amenazas de muerte a su líder, que imponen la inmersión lingüística y el adoctrinamiento escolar como modo de autoerigirse en nación, y que transgreden por sistema los valores constitucionales y el modelo de convivencia que elegimos en 1978.

No, señores de Cs: la mayoría de valencianos no somos nacionalistas, ni excluyentes, ni aldeanos, ni radicales, ni cuatro gatos. Somos los que representan a los más de 500.000 ciudadanos que en 1997 salimos a la calle a defender nuestro estatuto y nuestra identidad ante la perpetración política de un genocidio lingüístico e identitario: la imposición política de la CiU de Pujol al PP de Aznar y Zaplana de un ente, la AVL, que impusiera el catalán en la Comunitat Valenciana y facilitara la construcción de una inexistente nación cultural catalana, a cambio de la gobernabilidad de España en 1995. Somos los que, 20 años después de aquello, y 30 años después de la imposición del catalán en el sistema educativo por parte del PSPV-PSOE seguimos resistiendo a los embates del nacionalismo catalán y denunciando sus atropellos.

En 1997 ustedes no estaban allí. Por lo visto, en 2015 tampoco. Y, si es cierto, como dice Alexis Marí, número 2 de su candidatura a Corts Valencianes, cualquier ciudadano que tenga una queja o protesta merece ser escuchado, primero la sra. Punset, y después cada uno de sus representantes deberían empezar a escuchar con atención la voz de la calle. Bloqueando ciudadanos en las redes sociales poco van a escuchar. Y si no escuchan con atención a todos los sectores, es complicado entender el mercado electoral en su conjunto.

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