Mare Nostrum, Un mundo difuso para una agricultura en riesgo

Gente como tú

Personas normales que emergen de esa misma sociedad a la que tú perteneces, gente normal que ha venido desarrollando sus biografías en barrios, pueblos o ciudades como aquellos en los que tú vives. Gente normal que también se rodea de familia y amigos, que ríe con ellos, que discute con ellos, que llora con ellos, que convive lo mismo que tú, compartiendo vivencias que también dejan secuelas en su comportamiento público. Porque tienen alma, sentimientos, principios y valores y no pueden obviar esa misma realidad que les rodea. Sí, me estoy refiriendo a esas personas que en un momento determinado de sus vidas han dado un paso al frente. Han decidido apostar por el servicio público, por someterse al veredicto popular en su carrera para alcanzar esa gran dignidad que supone la representación de sus conciudadanos.

Cientos, miles, de hombres y mujeres comprometidos con unos principios y valores que tienen en el ideario del Partido Popular su principal referente. Sí, gente normal que comparte ese espíritu constitucional surgido del 78, que considera que los partidos políticos juegan un papel esencial. En torno a los mismos se articula la participación ciudadana y sobre ellos se fundamenta toda la arquitectura institucional de representación política en las sociedades modernas. Y eso es así, porque de su buen funcionamiento, de su sintonía con la sociedad, de su capacidad de combatir a la corrupción y los comportamientos éticamente reprobables, de su capacidad de adaptarse a la complejidad de las sociedades modernas y sus mudables circunstancias sociales, económicas y políticas, de su apertura a la interlocución social, de su decidida apuesta por la regeneración depende la buena salud de la Democracia.

De ahí la importancia y el valor de ese compromiso cívico de todos aquellos que estos días se presentan ante sus conciudadanos para decirles que gente como ellos están dispuestos a defender sus intereses y trabajar hombro con hombro para seguir mejorando nuestros pueblos y ciudades. Que la Política vale la pena, si verdaderamente ponemos en valor todo aquello de positivo que tiene nuestra sociedad.

Quedan ya menos de 50 días para la cita electoral de mayo. La España vital recobra el pulso tras el paréntesis de la Semana Santa. Devoción y Pasión en nuestras tradiciones que se han cerrado con la Pascua de Resurrección, el triunfo de la vida sobre la muerte, de la luz sobre las tinieblas. Por instantes, millones de españoles hemos disfrutado de esa paz interior en algún momento de esos intensos días. Y ahora con el retorno a la normalidad del día a día, esos mismos candidat@s van a seguir difundiendo su mensaje, casa a casa, barrio a barrio, pueblo a pueblo y ciudad a ciudad.

Gente como tú, que huye del ruido mediático, de la falsa demagogia de aquellos que han buscado emponzoñar la praxis política desde el absolutismo ideológico. Gente como tú, que llama a tu puerta para hablar contigo, dando la cara, para romper estereotipos preconcebidos. La dignidad de la Política depende también de quien y como la ejerce. Por ello, desde el Partido Popular queremos romper con esa falsa imagen de distancia y despreocupación tan recurrente por aquellos que siguen anclados en las trincheras ideológicas.

Nosotros nos movemos porque no tenemos esos anclajes que puedan lastrar nuestra acción política. Rectificamos para seguir avanzando paso a paso junto a esa sociedad a la que servimos. Asumimos nuestros errores para advertir que lo importante es tener el valor suficiente para levantarse y hablar, pero también para sentarse y escuchar. Nadie dijo que esto era fácil, pero para la gente del Partido Popular no hay nada imposible.

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