Clonar está de moda

Desde bien pequeña recuerdo ver a los “manteros” vendiendo falsificaciones de camisetas de diversos equipos de fútbol, bolsos, zapatos e incluso perfumes en los paseos marítimos de algunas ciudades costeras del Mediterráneo. También los veía preparando su particular metro cuadrado en las aceras de las calles que recibían engalanadas los nueve días de fiesta en los que se celebraba la fundación de la ciudad que me ha visto nacer, crecer y convertirme en lo que ahora soy.

Generalmente, la sociedad tiene una concepción negativa de los “manteros” que ven en ellos a inmigrantes que venden copias baratas de iconos de la moda y que, en la mayoría de ocasiones, dejan mucho que desear. De hecho, la calidad es directamente proporcional al precio por lo que el resultado es terriblemente nefasto.

Al margen de que este negocio, si lo podemos llamar así, sea ilegal; desde hace unos años se ha puesto muy de moda en el universo fashion la versión mejorada y legal de falsificar: clonar.

Los clones, en la blogosfera de la moda, no son más que copias, en algunas ocasiones muy parecidas y acertadas, de prendas, calzado y complementos de alta costura.

Pero, ¿quién está detrás de esta relativamente reciente vertiente textil?

El culpable de que la mayor parte de los mortales podamos comprar y lucir estos clones es, originalmente, Inditex que, por supuesto, ya ha sido seguido por otras grandes empresas textiles que han visto en el arte de clonar la satisfacción de una necesidad latente en el prêt-à-porter de la clase media.

Una carencia de la que también se han hecho eco algunos blogs de moda que han optado por la vertiente del bienestar social ayudándonos a encontrar a esos primos hermanos low cost a un solo click.

Mango, ZARA, Suiteblanco, Asos, Stradivarius, H&M, Ulanka, Anartxy, Lefties, Cuplé, Fórmul@ Joven, Shana, Sheinside, Topshop, Violeta by Mango, Marypaz, Primark, Kling, Uterqüe, Pull&Bear y un larguísimo etcétera más son las marcas que se solidarizan con el pueblo para traernos las mejores versiones clonadas de los grandes de la moda.

Puede que no seas consciente de que tienes un clon porque están tan integrados en el amplio y diverso escaparate textil que pasan, en la mayoría de las ocasiones, totalmente desapercibidos.

También puede que sepas que has adquirido uno pero por vergüenza quieras mantenerlo en secreto.

Lo cierto es que somos una gran mayoría las que no podemos gastarnos 800€ en un bolso o unos zapatos, así que disfrutemos de los clones y de la moda low cost a pie de calle.

Hagamos del vestir una experiencia experimental cada día y no una insana tortura que nos afecte desde buena mañana al buen humor de todo el día.

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