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Compromiso autonómico

Entramos ya en plena ebullición electoral. Semana trascendental para el cierre de las candidaturas que inician su presentación ante la respectivas Juntas Electorales. Una semana en la que el Partido Popular ha manifestado su compromiso con el espíritu constitucional del Estado de las Autonomías, que ha venido a desarrollar un modelo territorial en el que debemos seguir profundizando para mejorar, adecuar y ampliar ese marco de convivencia que nos ha permitido un desarrollo social y económico como nunca habían conocido los distintos territorios que conforman esta gran nación.

Una vertebración del Estado que surgió del consenso y la generosidad de una Transición política modélica, a la que ahora algunos quieren poner en cuestión. Esos populismos tan llamativos ahora con sus soflamas cargadas de demagogia, reniegan de esa Transición a la que siguen viendo como un simple cambio cosmético del tardo-franquismo, una continuidad de un régimen que en sus últimos estertores propició un cambio político en el que nunca han creído. Ellos siguen anclados en sus trincheras ideológicas, en una derrota ni asumida ni olvidada, como ha hecho la inmensa mayoría de ciudadanos de este país, que optaron por pasar esa triste página de nuestra Historia.

Por ello es importante esta apuesta decidida del Partido Popular por una estabilidad institucional que permita desarrollar nuestro modelo democrático a partir de nuestra concepción liberal y evitar así, esas opciones que apuntan a modelos trasnochados con un marcado carácter totalitario. Es lo que tienen los populismos en su evolución natural.

De ahí ese compromiso autonómico en el que subyace esa apuesta decidida por una verdadera regeneración. Por la recuperación de ese espíritu cívico para que entre todos devolvamos a las Instituciones el prestigio que nunca debieron perder. Un compromiso autonómico que se recoge en el programa marco con el que el Partido Popular se presenta a estas elecciones. En él, defendemos nuestro modelo de organización territorial como el más idóneo para gestionar los altos niveles de autogobierno conseguidos y, a su vez, como el instrumento más eficaz para alcanzar la cohesión social y la necesaria lealtad institucional para hacer de esta país una de las Democracias más modernas e integradoras del mundo.

Hace cuatro años España estuvo al borde del abismo. La crisis y la mala gestión socialista con sus políticas marcadas por la ideología radical de izquierda, sumergieron a nuestro país en un convulso periodo cuyas consecuencias todavía sufren hoy miles de españoles. Del negro abismo en el que nos metieron, con una economía en el punto de mira internacional, al borde del colapso, que debía superar importantes desequilibrios hemos pasado a una situación totalmente diferente.

En 2011, el Partido Popular se presentó a los ciudadanos como el único capaz de combatir eficazmente los efectos de la crisis y poner en marcha una profunda y ambiciosa agenda de reformas estructurales. Y a eso nos hemos dedicado en cuerpo y alma, apostando por una verdadera regeneración estructural de nuestro país. Por eso ahora estamos liderando el crecimiento y somos la locomotora de Europa. Y la Comunidad Valenciana es parte fundamental en ese logro. Apostamos por la responsabilidad, el compromiso y el sacrificio, sabedores de que mucho de ese esfuerzo no iba a ser comprendido.

Hemos asumido el coste, porque los ciudadanos están por encima de las ideologías, y porque era la única forma de demostrar, otra vez, que el Partido Popular siempre responde cuando España lo necesita. Hemos pasado tiempos difíciles, y todavía hay gente pasándolo realmente mal. Pero solo ante los retos más difíciles es cuando se ponen a prueba las grandes naciones y, una vez más, los españoles y los valencianos hemos estado a la altura de las circunstancias.

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