De lo que se habló en las copas de Navidad

Se han acabado las copas de celebración institucional navideña, así que ahora es cuando, de verdad, va a comenzar la Navidad. La costumbre no escrita es que Generalitat, Corts, Diputación, y El Corte Inglés con su celebrado almuerzo, convoquen a los medios antes de la Lotería para desearnos mutuamente Feliz Navidad, y, sobre todo, Próspero Año Nuevo. Que es por lo que todos clamamos después de tantos ejercicios de penuria, precarización, y crisis.

Que lo sepan sin más dilación: de todos los vinos de honor a los que he asistido este año extraigo tres temas de conversación generalizada, que son la recuperación económica que ya se empieza a notar en el consumo, la nueva rtvv que todo el mundo pide a gritos, y la candidatura de Fabra.

De lo primero, poco que añadir a lo ya conocido: hay recuperación (de verdad que se nota más gente en las tiendas, no sé si para comprar o sólo para pasear) aunque la crisis está siendo tan profunda que muchísima gente aún no lo nota. Habrá que esperar, supongo, al abono de parte de la paga extra perdida de 2012 para que al menos los empleados públicos empiezan de verdad a notarlo.

De lo segundo, que he comprobado que hay más gente que, como yo, piensa que la idea es hacer una radiotelevisión nueva, como dice la ILP, y que ésa es la percha a la que se acogería el Consell a poco de pasar fiestas. Hay quien piensa que habrá pacto entre todos los partidos para retirar demandas y demás y así recuperar el servicio, vista la invisibilidad de todos ellos desde que cerró RTVV. Fabra se queja amargamente de que nada de lo bueno que se hace en la Comunidad sale porque siempre hay un Valmor o un Gürtel que lo tapa. Y la oposición lamenta que las tremendamente inspiradas intervenciones de Moreno, Oltra y Blanco se pierdan en unos pocos titulares y tuits sin audio ni vídeo de consumo masivo. Los más entusiastas creen que el nuevo ERE que sucedería a la teórica y voluntaria reincorporación de los 1.600 extrabajadores no sería un problema porque muchos no correrían el riesgo de cobrar indemnizaciones muy inferiores a los actuales 35 días por año trabajado estando en condiciones de prejubilarse, otros tienen negocios montados, y otros han optado por apartarse asqueados del mundo mediático optando por enfocar su futuro por la vía de las oposiciones.

De lo tercero, nadie entiende por qué Madrid mantiene el suspense en torno a la candidatura de Fabra, guste o no guste su perfil, ya que eso no hace sino debilitarle a él, a sus posibles sustitutos, y al PP en su conjunto, cuando tan necesarios son los votos valencianos para la eventual reelección meses después de Rajoy. Además de que está poniendo en un verdadero brete a sus cacareados relevos (que a este paso van a socarrase antes de que llegue su hora), que más incómodos no pueden estar con las quinielas periodísticas/encuestas internas formando parte como forman del Consell que preside Fabra y de cuyas decisiones son corresponsables. En la copa de la Generalitat el President se rodeó de las dos personas que más suenan, en una imagen muy bien buscada por él de arropamiento de sus dos principales rivales.

Hay una cuarta cosa de la que también se ha hablado mucho estos días, especialmente ahí donde había un dirigente del PP: la radicalidad “no ya de Podemos, sino de los tres” grupos de la oposición parlamentaria. Que para alguno orquesta Ximo Puig desde fuera de Les Corts haciendo que Moreno, Oltra y Blanco agiten el nogal cuyas nueces pensaría recolectar para sí o para otros, que eso ya se vería. Otros -como el síndic Torres- desaprueban sin embargo expresamente algunos excesos de los susodichos, como el de llamar delincuentes a todos miembros del Consell y de las bancadas populares. En todo caso dicha radicalización, cierta, constatable, está dando pie (como les he contado en citas anteriores) al despabilamiento de la grey popular, que cree justificado hacerle ya frente abiertamente sin más zarandajas.

Así se entiende que el conseller de Sanidad hiciera de su intervención en la cena navideña del sindicato CSIF un auténtico mitin, o que el presidente de Les Corts, Alejandro Font de Mora,

recordara en su vino de honor a Ortega y su discurso de que “hay, sobre todo tres cosas que no podemos venir a hacer aquí, ni el payaso, ni el tenor, ni el jabalí».

Menudo año, queridos lectores, tenemos por delante. Feliz Navidad.

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