EDITORIAL. ¿Ocaso municipal in blue?

Basta pegar un rápido vistazo a cómo queda el mapa municipal valenciano para constatar el retroceso del poder del Partido Popular en nuestros ayuntamientos. El titular es bien claro, 164 alcaldías populares frente a 328 del centroizquierda. No solo han cambiado de color las cuatro grandes ciudades valencianas (Valencia, Alicante, Castellón y Elche), sino que de las medias –mayores de 50.000 habitantes-, solo conservarían Benidorm, y en este caso, vía pacto con el partido local que encabeza la otra Consellera del PP, Gemma Amor, Calp, y también a la espera de cerrar un pacto de gobierno con una escisión del antiguo alcalde popular, y Oriola. Los de Alberto Fabra pierden Torrent (alcaldía que le habían arrebatado al PSPV-PSOE y que Jesús Ros, a lo Cid campeador, ha vuelto a recuperar para estas siglas), Sagunt, Alzira, Carcaixent, Sueca, Cullera, Gandia, Xàtiva, Ontinyent, Dénia, Xàbia, Utiel, Requena, Vinaròs, Llíria, Vilarreal o Alcoy. Además, vuelve el “citurón rojo (anaranjado)” que rodea al Cap i casal, de entre las que destaca Paterna, donde el casó del exalcalde Lorenzo Agustí, parece haber pasado factura a los populares.

Por otra parte debemos considerar ya, como un actor imprescindible a Compromís, que no solo consigue más de 90 alcaldías, sino que además su apoyo es imprescindible en muchas poblaciones para que gobierne el PSPV-PSOE o las listas locales relacionadas con Podemos. Siempre se había dicho que los nacionalistas tenían un fuerte sustento municipal, pero luego no se cristalizaba en apoyos para nuestras cortes, pero el 24M desmentía esta realidad y se puede hablar de correlación de sufragios populares en ambos casos. Otro asunto es lo que hagan a partir de ahora los concejales de Ciudadanos para gestinoar su éxito -de 0 a lo que sea, siempre es un buen resultado-. Los de Albert Rivera ahora tocarán suelo y se darán cuenta que no es lo mismo la política municipal que la autonómica o la española. De hecho, a pesar de comunicados y amenazas de expedientes para algunos concejales “díscolos”, en la constitución de los ayuntamientos de toda la geografía valenciana, vemos pactos no solo con PSPV-PSOE (a la andaluza), si no también con Compromís, ese partido sobre el que han lanzado las más grandes diatribas.

Así las cosas, el ocaso, al menos momentáneo, del poder municipal del PP valenciano es más que evidente. Y lo peor, no tiene pinta de solución a corto plazo. En la dirección valenciana se empieza a hablar de la posible “guerra” por el control del partido entre Isabel Bonig (actual coordinadora de la formación) y María José Catalá, sin descartar la aparición de encoberts como José Ciscar o Jorge Bellver. Y mientras en Madrid, el gallego… el gallego, nada de nada. Rajoy anunciaba ayer un comité ejecutivo para el jueves, pero mucho nos tememos que el mal ya esté hecho, el ocaso municipal constatado y la recuperación para la generales de noviembre, muy difícil. ¿No habrá ningún popular valenciano dispuesto a levantar la voz? Ellos verán.

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