El Ala Este de Cavallers 2

Por mucho que se empeñen ciertos plumillas en dotar a Tono Sanmartín de un poderío omnipotente en el recién instalado «establishment» del equipo de Presidència de la Generalitat, por más que su salón de peluquería -estilismo, más bien- sea frecuentado por lo más granado del poder táctico y fáctico de nuestra «city» -y por ende de todo el Regne-, las cosas no van por ahí, al humilde parecer de este cronista recién destetado.

Las mujeres fuertes de la Biblia siempre han existido y existirán en las almenas de nuestra alcazaba autonómica… Genoveva Reig y Ana Encabo con Zaplana, Nuria Romeral y Ana Michavila con Camps, y últimamente Esther Pastor y Lola Johnson. Y esa «finezza» fémina se nota y mucho, en este nuestro proceloso devenir por la senda del autogobierno…

La ciudadela del Palau de la Generalitat está bien repoblada por norteños del territorio, que depués de treinta años de Estatut ya les tocaba a los patricios de la pequeña de las provincias hermanas tocar «mare» y asentar sus ademanes en el trono de todos los valencianos.

Con todo, parece que el equipo de Castelló se queda un poco corto para dar abasto con todas las cuitas palaciegas, y por ello hasta ahora parecía que funcionaba bien la «pinza» alicantina, entrando en cuña la segunda provincia hermana -siempre tan celosa- y fortificando la nueva estructura, inédita hasta el momento por estos lares. Pero en los albores de la madurez relacional entre el efectivo tándem Fabra-Císcar, las cumbres se emborrascan, o eso dicen todos los sesudos analistas patrios.

Esos mismos avezados opinadores, que en la era Fabra y en lo que se refiere a la planta noble del edificio histórico del siglo XV sito «al carrer dels Cavallers número 2», se pierden en lo fútil rayando lo casquivano, amarilleando nuestro «star system» político e institucional, y no valorándolo ni como propio ni como significante, y así nos va…

Que si topos, que si peluqueros, que si la guerra de los Rose… aunque yo me quedo con la Guerra de las Dos Rosas, enfrentamiento entre los York y los Lancaster en la Gran Bretaña profunda y también datada en el  XV… Y no vean en ello malidicencia alguna, ya que jamás me referiría a los Fabra y los Rus, o a los Císcar y los Castellano, válgame dios y ayuda.

El Ala Este de «Cavallers Street» está encantada y encantadora, todo en femenino singular. Y la pluralidad del equipo goza de muy buena salud, atendiendo a todos los indicios después de las últimas intervenciones quirúrgicas, que han ido mucho más allá de la estética. Y a pesar de hologramas tipo Cristina Tárrega, los éxitos pausados y discretos del área de Presidencia van atesorando galones y fortificando la nave nodriza que ha de marcar la alta política por estos lares.

Y las últimas incorporaciones en el departamento de Comunicación van a facilitar muy mucho el marcado de la agenda a seguir, de cara a un año y medio apasionante, con una meta volante en las elecciones europeas dentro de cinco meses, para sucumbir en el «sprint final» de las elecciones valencianas de mayo de 2015. Y en todo ello estaremos, si me quieren acompañar.

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