William Vansteenberghe, Experto en Inmigración. Aquarius, el frio cortante de las olas

El día después

El mundo en el cual vivimos es muy sorprendente. Envueltos aún en el polvo de los atentados de Bruselas, ya nos mueven hacía el Caribe, atraídos por el siguiente circo mediático, los Panamá papers.

Pero, ¿cuándo profundizaremos lo suficiente para llegar a alguna conclusión que enriquezca nuestro mañana?. Si no hacemos este ejercicio frente a la adversidad, esta aparente ola de información, que debería tranquilizarnos, por el contrario nos deja  mucho peor que antes, sin saber bucear ni comprender y claro está, sin alcanzar una solución viable para trabajar el entorno hostil y así dejar de vivir en un Mundo lleno de sobresaltos.

En Bélgica la situación ha seguido su curso, las personas que han perdido a algún ser querido, están de luto tras el entierro, pero ya no son noticia.

¿Los heridos?, algunos murieron, otros tendrán secuelas físicas y todos psíquicas de por vida, pero ya no son noticia.

El Gobierno arrestó al “hombre del sombrero” , supuestamente el terrorista de las filmaciones del aeropuerto de Zaventem, el que no se hizo explotar. A los dos días, el conductor de Taxi que había conducido al comando hacía su objetivo abominable, reconocía a un periodista con el origen adecuado, para que la policía pudiese inculparlo. Pero tras un, según él: “encuentro amigable en comisaría” , lo tuvieron que soltar por “falta de pruebas”. La gente de mi entorno me espetaba, pero ¿qué hace la policía belga?, tienen al culpable y van y lo sueltan.

¿Y si fuera inocente?, al menos es lo que él intenta comunicar a los medios de comunicación, ya que su foto ha salido en la prensa, y muchos lo han reconocido, y afirma que lo sucedido ha arruinado su vida. Además si es inocente el verdadero culpable sigue suelto, pero esto, ya no es noticia.

Las autoridades han seguido “haciendo” su trabajo, de hecho permitieron una manifestación de “aficionados” al fútbol, de corte neofascista que terminó con toda clase de tropelías, y que sufrieron las personas que tantas veces habían salido en los telediarios, personas tranquilas, solidarias,  de todas las confesiones que venían empujadas por la amabilidad presente en el comportamiento de los seres humanos evolucionados.

La policía estática y sonriente frente a las cámaras ya que la manifestación era legal, estaban como en Navidad, de adorno, más aún se despidieron los “pacíficos ciudadanos” tras destrozar mobiliario público y darle las gracias de forma muy contundente a los periodistas ahí presentes, fueron a rendir homenaje a las autoridades policiales, las cuales seguían tranquilas y sonrientes.

Tanta alegría respiró este acontecimiento, que tras prohibir una manifestación pacífica, y arrestar al Presidente de la Fundación de los Derechos Humanos de Bélgica, “ alguno hay, que comienza a preguntarse quién gano la 2ª Guerra Mundial en ese país”, y hasta algún atrevido se pregunta, una vez más, si en las policías regionales y municipales existe una extraña connivencia con la Extrema derecha, que para los que no lo saben , tras cambiar de nombre y afirmar públicamente que querían ya a todo el mundo, ocupa el parlamento regional de Flandes, la Alcaldía de Amberes, la ciudad capital de esa región, y forman parte del Parlamento nacional, el cual aunque casi inútil, tiene vistas a la política Internacional.

Pero  esto ya no es, por desgracia, noticia, por lo que en las oscuridades de la no-información pueden reemprender los encantamientos cabalísticos de un Gobierno que ha traído a Bélgica hasta los atentados.

Lo que  si es noticia, eso si solo en los países afectados por los atentados, Francia y Bélgica, es como unos chicos “normales” sic, pueden llegar a  transformase en radicales con sed de sangre ajena.

Hasta 4 teorías se entrecruzan y se pelean por determinar cuál es la pata que usa primero el gato para andar.

La primera se edifica sobre la humillación que sienten los jóvenes europeos de origen árabe. Algo de verdad puede haber ya que lo defiende un escritor de este origen y se debería prestar una atención inteligente para determinar hasta donde su verdad se mantiene, tenerlo en cuenta, por si acaso.

Nos aclara, Fouad Laroui, que estos jóvenes no encuentran en la versión dominante de la historia contemporánea una simbólica  que explique el sufrimiento musulmán. Cierto es, pero también es el reconocimiento tácito que el colectivo no sabe elegir entre ser europeo o musulmán y ello muy posiblemente por el hecho de que en la familia, nadie ha podido enseñarles otra cosa que la cultura de origen,  igual de inservible fuera de contexto, todo ello sumado, campo abonado para que el salafismo siembre su “solución”.

Olivier Roy no cree en la explicación religiosa, estos jóvenes pequeños dealers de droga de barrio, están ya desenganchándose de la sociedad que les rodea, y se están deslizando por la pendiente de la radicalización social,  preparados para la “conversión” al extremísimo religioso, que para él solo es un método más eficaz para manifestar su rabia.

Para otro especialista en el Islam, Gilles Kepel, si bien existen causas sociales ineludibles, reporta toda su acusación sobre el salafismo que  se extiende en los barrios periféricos y atrae a los jóvenes con un mensaje de futuro y que permite pasar a la acción.

Finalmente para el historiador francés Jean-Marie Le Gall, toda la responsabilidad recae sobre la religión, ya que él defiende la palabra “Conversión” como una palabra clave y que si bien reconoce los problemas geopolíticos, los sociales y las razones políticas, el trasfondo es religioso y que hay que aceptar que el Islam interpretado de una forma posible, da como resultado la confrontación con el que no es musulmán.

Como se puede observar nadie adelanta soluciones,  solo posibles causas.  Tampoco parece preocupar que estas personas son europeas y  solo después de origen árabe, y no lo contrario que hemos dado por bueno, que hasta ellas se lo han creído. ¿Si se sintiesen europeos atentarían contra su patria?, por lo tanto solo puedo llegar a una conclusión el Islam es su patria, y lo  es porque ninguna otra ha conseguido rivalizar con ella, ya que no eran ni siquiera buenos musulmanes, lo que eran es radicales a la búsqueda de un método.

Pero con políticos que discriminan a su población en grupos y subgrupos: primero mis votantes, después mis posibles votantes; el resto: el enemigo: el enemigo respetable ya que se puede pactar con él y sus votantes, el enemigo irreductible, este hay que eliminarlo, junto a sus votantes, y luego los que no “son”, los pobres, los “otros” a esos ni la atención de un momento, son culpables de antemano. Todo esto es lo que llena las pantallas de los países que intentan resolver como tantos otros, el seguir adelante, o sea llenar de contenido el “día después”.

Pero por desgracias no nos dejan, “ya están aquí los Panamá Papers”, empujando todo esto al olvido, nadie se preguntará como podemos hacer la parte de las cosas, que política de prevención podemos iniciar desde la Administración pública, como podemos en el momento en el que él radical elige, estar ahí, decirle no, te ayudaremos, en vez de esperar que todo suceda solo, con los resultados cosechados en las distintas ciudades, donde, como carne de cañón se suicidan en vida. En esa fase solo queda la cárcel y tirar la llave, ¿pero llegar hasta este punto no es un fracaso?.

Las noticias no paran de empujar y en vez de denunciar y curar, por desgracia solo informan, no lo digo yo, lo dicen los periodistas.

¿Cuándo alcanzaremos la sabiduría suficiente para dejar de buscar solo a los culpables, necesario sin duda, para ir más lejos y encontrar las soluciones, aplicarlas y sobre todo cumplirlas?

Artículo de colaboración de William Vansteenberghe

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