En busca de… Fedora

El pasado viernes tuvimos la suerte de ser testigos, otro año más, del BlackFriday, una tradición importada de Norteamérica en la que se inaugura la temporada de compras navideñas, tradicionalmente, el cuarto jueves del mes de noviembre y, por tanto, la jornada siguiente al Día de Acción de Gracias.

Gracias a las nuevas tecnologías y al interés de algunas empresas por motivar el consumo antes de Navidad, desde hace unos años podemos aprovecharnos, casi en el mundo entero, de este viernes de rebajas que suele prolongarse durante todo el fin de semana y que acaba el lunes siguiente con el CyberMonday, otro día de descuentos vertiginosos dedicado a comprar por Internet.

Rebajas, gangas, maxi descuentos… todo vale en esos días en los que se dispara el consumo, en alguno de los casos impulsivo y escasamente racional, y aprovechamos para adquirir algún regalo de cara a las próximas semanas si los factores espacio, tiempo, presupuesto y objeto de compra se alinean.

Toda una misión al más puro estilo Indiana Jones en busca del complemento chic de este diciembre: el Fedora.

El fedora es el sombrero clásico de toda la vida que alcanzó la fama gracias al arqueólogo más mediático de todos los tiempos y al que hago mención varias líneas más arriba. Aunque popularmente se conoce erróneamente a los fedora como borsalinos, hay que tener en cuenta que Borsalino es una marca de sombreros fedora y no un tipo de éstos.

Para alegría de unas cuentas, los fedora han evolucionado a lo largo de las décadas en cuanto a color, materiales y detalles que hacen de esta reliquia el mejor compañero para el día a día de las más fashionistas: animal print, impermeables, de un único color, con el ala caída, decorados con plumas, ladeados, con el ala rígida, copa alta… Mil y una variedades para conseguir que los fedora sean el comeback más sonado de esta temporada.

Parafraseando a Santa VOGUE, el truco para no parecer que vayamos disfrazadas a plena luz del día está en usarlo como contrapunto. O bien podemos usarlo como un elemento divertido con un punto excéntrico que rompa con la seriedad del look o, por otra parte, podemos incluir el sombrero en el outfit como quien no quiere la cosa, discretamente y siguiendo la línea de tonalidades del conjunto para que el look resulte de lo más interesante y natural.

Sea como fuere, os guste o no, os atreváis o no, lo que sí está claro es que el Fedora está más de moda que nunca y, si acertamos con la elección, es un complemento perenne, clásico y atemporal que nos puede acompañar tantos años como queramos.

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