En la derrota… sigue luchando por tus sueños…

Estuve hace poco escuchando a un empresario de esta comunidad al quien pedí permiso para publicar sus palabras: Jesús Navarro Alberola, de la famosa marca Carmencita. Ya había estado con él en otras ocasiones y me había entusiasmado con la historia de la marca Carmencita y de la empresa que hay detrás, pero no había caído en esa faceta dinamizadora de este directivo y empresario: “en la derrota, sigue luchando por tus sueños”. Y creo que esto es un mensaje muy bonito que tenemos que lanzar y volver a lanzar. Lo sé, allí fuera todo es muy duro y complicado: el director del banco, hacienda, la seguridad social, las nóminas, la electricidad, etc…pero ¿tenemos alternativa? Los empresarios nacen cuando ven una oportunidad de negocio, cuando sienten que pueden aportar algo a la sociedad. Pero, los buenos empresarios son aquellos que sobreviven a las adversidades, o sea todos aquellos que en las épocas de bonanza han sabido guardar algunas cartas para los momentos más difíciles. Los que practican el senderismo esto lo tienen muy claro; durante el camino habrá sed, mucha sed, pero si te bebes todo el agua durante el camino, cuando llegues a la cumbre, si llegas, estarás muerto de sed.

 

Por lo tanto, si no se han creado alternativas durante esa fase, lo único que se me ocurre es re-equilibrar los recursos que tenemos para engendrar alternativas, o sea, volver a tener aquella cosa diferente que es la que engendró la empresa. En pocas palabras, en la derrota, vuelve a descubrir tu ilusión originaria y sigue luchando por tus sueños. Es como aquella parábola de la higuera estéril: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?”. Pero el viñador contestó: “Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas”».

 Queridos amigos, sean siempre humildes labradores. Recuerden que entre cortar la higuera y tenerla un año más dedicándole atención y cariño para que dé frutos, el primer camino es mucho más fácil, pero solamente el segundo les llevará a una vida llena de satisfacciones. Satisfacciones por haber cosechado muchos y buenos frutos, gracias a que has confiado en los demás y les has ayudado. Y todos aquellos que coman de estos frutos siempre se los agradecerán.

 

* Salvatore Moccia es Profesor de Dirección Estratégica en la Universidad CEU Cardenal Herrera en Moncada, Valencia.

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