Influencer y ¿con fecha de caducidad?

Hoy, es sábado día 6 del sexto mes del año ’15, donde cinco más uno da como resultado, también, seis… ¿Casualidad? Si algún supersticioso lee este artículo, probablemente ya esté buscando significados ocultos en algún libro de materia especializada e incluso aquellos más extremistas ya habrán puesto varias velas y recitado algunas oraciones.

Yo, que no creo en las providencias, me he percatado de las no tan recientes continuas casualidades que giran en torno a la blogosfera y los negocios que surgen de ella. Me explico. No hay semana que alguna fashion blogger o celebridad inaugure su propia tienda de moda online: desde Sara Carbonero y su SlowLove, pasando por Silvia del blog Bartabac con À Bicyclette, Chiara Ferragni cuya colección lleva su mismo nombre o, más recientemente, Bárbara Crespo que esta misma semana ha inaugurado Bohow.

Éstos son solo cuatro ejemplos de los cientos que hay y esta circunstancia me lleva a reflexionar acerca de los millones de euros que mueven las influencers, si éstas llegarán, en algún momento, a desbancar a las firmas de moda ‘primigenias’ o si, por el contrario, el chollo se les acabará antes de lo esperado.

Cierto es que, exceptuando algún que otro caso, las prendas y complementos que las marca-tendencias exponen en sus respectivas tiendas online no tienen precios populares. Las hay quienes defienden el ‘made in Spain’, otras, en cambio, tienen un equipo técnico detrás que, presumo, toma las decisiones por ellas.

Sea como fuere, su caché manda y deduzco que esta cifra de ‘lo que valen’ es el resultado de una compleja ecuación de segundo (o tercer) grado en la que se han considerado diversas variables como el número de seguidores en las diferentes redes sociales, la reputación e historia de las firmas con las que han colaborado o la cantidad de Chanel que tienen en su vestidor.

Y yo me pregunto, ¿tienen estas mujeres influyentes fecha de caducidad? Recordemos que trabajan en una industria en la que prima la juventud (o el efecto de aparentarlo) y la gran mayoría comenzaron sus carreras antes de los 35 años.

Además, diariamente surgen nuevas embajadoras y, a la larga, por mucho que les pese no habrá sitio para todas…

¿Están preparadas para salir de esta burbuja online o viven centradas en el presente sin pensar demasiado en lo que está por llegar? Bajo mi humilde opinión, está muy bien que vivan el día a día y expriman al máximo todas las oportunidades que se les presentan pero no está de más tener una mínima visión de futuro por si llegara el día en que la industria, muy sabia ella, “no pocas veces ya ha dicho adiós; conoce las horas desgarradoras de la despedida” Friedrich Nietzsche.

Ir arriba