Jesús Montesinos

La mejor mercadotecnia para la independencia de Cataluña

Aparentemente en el proceso soberanista de Catalunya están enfrentados los sentimientos, la historia y los derechos de un pueblo, el catalán, y las leyes, los derechos y el patriotismo de otro pueblo, el español. Cuando de verdad lo que hay a lo largo de la historia es una magnífica mercadotecnia catalana frente al rancio hacer de los gobiernos centrales.

Porque el proceso soberanista no apareció de la nada hace un par de años, cuando a Artus Mas se le ocurrió una brillante idea y se encontró con Oriol Junqueras por el camino. Esa es la lectura derivada del fracaso del resto de España por entender cómo funciona la estructura de poder catalana.

Los dirigentes nacionalistas catalanes llevan más de treinta años trabajando y modelando los sentimientos, la historia y la comunicación de cualquier tipo para concluir en este momento, con una gran parte del pueblo catalán que está dispuesto a asumir el riesgo de formar una nación y un estado. Este momento no ha surgido de la nada. Lleva años diseñándose, en un gran trabajo de mercadotecnia.

¿Qué es mercadotecnia? Esto es lo que dice la Wikipedia: el proceso social y administrativo por el que los grupos e individuos satisfacen sus necesidades al crear e intercambiar bienes y servicios. Por eso en aras de la idea se han dispuesto en Catalunya presupuestos públicos y privados (el 3% de Pujol también ha pagado buenas operaciones de márketing) para generar un estado de opinión mayoritario. Por supuesto que esto es posible si hay simiente. Y en Catalunya la hay desde hace siglos. Solo había que cultivarla.

Hace más de veinte años que vengo oyendo a Tv3 y Catalunya Radio hablar de la independencia y la soberanía de Catalunya (la manipulación y el despilfarro en las cadenas públicas catalanas deja en mantillas lo de Canal 9, pero allí nadie ha protestado). No es una cuestión de hace cuatro días. Y también los medios privados, siempre bien engrasados desde la Generalitat de Catalunya (mande quién mande) o anunciantes privados intencionados. La élite catalana trabaja desde hace años por su causa. (La élite valenciana o alicantina ha trabajado para su bolsillo).

Y como marca la mercadotécnica no ha sido solo la comunicación mediática. Ha sido la historia. Narrativa, ensayos, universidades, foros, instrumentos administrativos, colegios… todo ha sido redirigido desde hace años hacia el objetivo que se persigue. Por eso la última encuesta del CIS concluye que los catalanes se sienten menos españoles ahora que hace unos años.

Y ha sido la utilización de mensajes directos y otros subliminales. Hay dos ejemplos. El primero la novela Victus (Albert Sánchez Piñol), que pese a ser una mala novela en segunda lectura ha conseguido ser objeto de culto. Y segundo, la utilización masiva de redes y virales, de lo que el mejor ejemplo es el video Los García y Cataluña (http://youtu.be/aedfuT5ffs8) , con más de medio millón de visualizaciones.

Una mercadotecnia magnífica, segmentada por audiencias y grupos sociales, que solo ha quedado desfigurada por sucesos como los fraudes de Jordi Pujol. Un mercadotecnia que ya quisiera haber soñado el propio Alberto Fabra cuando se han enfrentado a una Generalitat quebrada y a un PPCV repleto de mentiras. Pero la élite política catalana tiene muy claro que el fin obliga a utilizar unos medios. Y la valenciana se contenta con aparentar y medrar. El formato, los twitts y los mensajes del acto del PPCV en Alquerias refleja lo rancio y la incapacidad de esa élite por situarse en el momento presente.

Porque de esa misma manera se ha enfrentado España a la mercadotecnia catalana. Puro bodrio. Castellanos antiguos, hidalgos de los de lanza confían en la aplicación de la ley para frenar el soberanismo catalán. Y el mejor ejemplo son las tropelías de García Margallo para sentenciar al nacionalismo. ¿Pero qué hace un ministro de Exteriores metiéndose con un gobierno autonómico español? No ha habido estrategia ni mercadotécnica. Solo los Tercios reconvertidos en tertulianos. Aconsejo este artículo sobre Merkel (http://blog.marketingpoliticoenlared.com/2014/08/26/la-comunicacion-politica-en-alemania-por-que-merkel-es-tan-popular/#) para ver cómo deben hacerse las cosas.

Por eso habrá una Diada multitudinaria y con antorchas. No habrá referéndum. Pero millones de catalanes tienen ya una idea metida en la cabeza para siempre. Como la Coca-Cola.

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