La última tontería

 

La última tontería contemporánea que está rondando por la cabeza de la Dirección General de Tráfico es que, al renovar el carnet de conducir, te vuelvas a examinar de teoría. Le llaman la reválida. Bien, pero universalicemos el asunto y que los técnicos de los ministerios hagan también una reválida, y los manejadores de palas mecánicas, y los guardias de la circulación, y los manejadores de alimentos, no nos vayan a envenenar, y que too empadronado, cada cinco o diez años se vuelva a examinar y, por supuesto, que los examinadores también hagan reválida de conocimientos.

Todos, todos a examinarnos, menos los tontos contemporáneos    que ocupan cargos políticos sin haberse examinado de nada y, lo que es peor, careciendo de sentido común. Ahora bien, si se trata de un nuevo impuesto y de joder al contribuyente, adelante la DGT que, además de los radares recaudadores va a tener la gran idea que no se le ha ocurrido a ninguno de los países de la OCDE, porque no son tan listos, tan inteligente, y con tanto tiempo libre para tener ideicas, como nuestra DGT.

Debí temerme lo peor, cuando comenzaron a examinar en Madrid a los músicos callejeros. Ya verás como a alguien se le ocurre que para hacer una paella hay que sacarse un carnet, y para pedir en las esquinas habrá que pasar una prueba de pobre de solemnidad.       

Breton y el surrealismo vivieron en una época demasiado sensata, y se inventaron el surrealismo. Hoy, habrían fracasado, porque  el surrealismo se ha convertido en realidad. Asesinos aplaudidos, espectáculos como los toros prohibidos, reválidas después de 30 años conduciendo un coche… Surrealismo puro, lo insólito convertido en costumbre y lo extraordinario en suceso cotidiano. ¿Algún psiquiatra puede examinar la cabezas de las personas a las que pagamos para que nos hagan la vida más difícil?

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