William Vansteenberghe, Experto en Inmigración. Aquarius, el frio cortante de las olas

Lo absurdo Libertad versus liberalidad

Si miramos con detenimiento en que sociedad vivimos, una mente abierta solo puede llegar a una conclusión, es absurda.

Si Voltaire escribiera sus cartas Persas, recogerías todos los vectores cargados de contradicciones que hacen de esta sociedad liberal al extremo, una contradicción inviable con la libertad.

Los Franceses, en honor al ilustre escritor comencemos por ellos, se acaban de dotar de la supuesta solución para frenar a la señora rubia, como llaman algunos a la heredera del culebrón Le Pen, el señor Fillon, ilustre católico, conservador rancio y ultraliberal, que aplicará una serie de recortes si gana el Elíseo, que dejarán los de Hollande en ejercicios de catequesis.

Fillón y los defensores de un Mundo globalizado y económicamente liberalizado han sido el problema mismo del auge de personajes que en una democracia sana quedan fuera del espectro representativo, y han jugado un papel tramposo, para que a la población en general, se le escape que la globalización, de momento, es una deslocalización crónica e inmediata relacionada con los únicos intereses de las empresas, que poco a poco van sustituyendo al Estado, ya que este de forma voluntaria va cediendo espacios de poder al mundo privado, llevándose  por delante toda resistencia dirigida a defender los derechos de los trabajadores, cuáles sean su origen social.

Francia es de hecho un perfecto vivero de esta política, regiones enteras bajos gobiernos como los que vuelven con Fillon, y los socialistas siendo más neoliberales que el original, han saqueado hasta el hueso regiones enteras de Francia, como por ejemplo las Ardenas, región donde las viejas empresas han sido devoradas por el mundo global, y defecadas hacía la nada, hasta tal punto que los propietarios de los Lobbies americanos que vinieron a robar bajo la protección del Estado galo, son ahora perseguidos por la Interpol. A esta región se le suma él Le Nord  Pas-de- Calais, y Lille,  así como la Normandía. Por lo tanto este Menú liberal ha destrozado a miles de familias, dejándoles en la miseria y promoviendo su voto a la extrema derecha que promete sueños sin realidad.

Si miramos a Europa, podemos entresacar varias líneas que ahondan en lo absurdo, quisimos crecer rápidamente sin tener las herramientas para poder cohesionar, siquiera lo existente, pero tozudos engullimos al Este, salvando los obvios problemas de tener de pronto fronteras con Rusia, emulando a Napoleón, de pronto tuvimos fronteras permanentes con Oriente, como en otras épocas, pero sin ninguna capacidad ni voluntad de entrar en la Mundialización, y si no entras en el juego, lo hacen los del otro lado.

Al estar pegado a Turquía, estaba claro que la revolución Siria iba a afectarnos, pero  por miedo miramos hacia otro lado temerosos de entrar en el Mundo, lo hicieron otros, Qatar, si el del Barcelona, Arabia Saudí empeñada en evangelizar con su Wahabismo ultra conservador, y ello con la ayuda de todos los occidentales, reutilizando estas mismas contra nosotros, son buenos compradores y mejores vendedores de muerte. Otra paradoja del ultraliberalismo: “vendemos a quién nos mata”.

Y la propia Turquía a la que pagamos los servicios prestados al ISIS, durante el periodo permeable de sus fronteras, permitiendo el paso de los occidentales radicalizados para incorporarse al ejército que iban a atentar en suelo europeo, y volvimos a pagar para hacer lo contrario, o sea cerrar sus fronteras. (Dotándose de paso del arma del aduanero, “no me pagas”, dejo de vigilar).

Por no haber obrado con coherencia se produce la  llegada masiva de refugiados que no deberían haber salido de sus casas. Si de forma decidida Europa hubiera intervenido en el proceso de eliminación de un régimen corrupto como el de el Assad con política propia y no a rebufo de los errores Estadounidenses, que lo único que ha permitido, con el objetivo de controlar el petróleo de la zona, es la destrucción de dos países, Irak y Siria, o sea  toda la vieja Mesopotamia, elemento referencial en el mundo islámico, ya que nosotros no queremos formar parte de la Historia global.

Vivimos en un Mundo que es capaz de curar el Hambre, pero no lo hacemos porque no es negocio, llevar salud a todas partes pero no podemos porque no tenemos las patentes de los medicamentos, en mano de la Industria. No podemos salvar los empleos de los ciudadanos ya que la empresa esta empeñada en abaratar costes aplicando nuevas tecnologías para eliminar estos puestos, esa misma tecnología no podemos aplicarla a mejorar las destrucciones medioambientales ya que encarecemos los procesos de producción y las empresas se rebelan. Todo muy coherente como podemos observar.

Pero el pueblo desoye lo poco que le llega de información respeto a lo que debemos hacer para mejorar: ahorrar luz, gastar menos agua, reciclar de forma cabal no inducida por los intereses de los que nos empujan a consumir. No comemos bien, no vivimos bien y nuestros objetivos en la vida son inanes. Así que también somos responsables de no pensar.

Y ahora desde Francia y otras partes del Mundo se va a contestar a los problemas con más ultra liberalismo, que creará más desigualdad y más paro, tras una leve mejoría, promoviendo más diferencia que será aprovechada por los cantos de sirenas proferidos por los extremos, ¿y nos atrevemos a decir que no somos responsables?

Todos lo somos, tiramos de la cadena todos, huimos todos hacia la administración para mantener trabajos estables, ya que en el mundo privado el trabajador es un esclavo, con cada menos derechos: a ponerse enfermo, a tener salarios dignos que promueven este mismo sistema ya que con más poder adquisitivo más consumo, ni eso es capaz de promover la locura empresarial, que ya produce solo para enriquecer a unos pocos, no olvidemos que los cuerpos insolidarios están condenados al fracaso y a la desaparición biológica.

Somos, por primera vez, la única especie directamente implicada en su desaparición. En el tiempo de la vida del que escribe, han desparecido miles de forma de vida que las generaciones siguientes no conocerán, es decir desparece la diversidad en la que se basa un árbol biológico sano y que permite la supervivencia de todos.

El aire es cada vez más irrespirable, el agua bebible, lo comestible cada vez más peligroso, lo Tierra cada vez más inhabitable, y seguimos miopes pensando que todo va bien y que Fillón y personas como el son la solución. Que venga Voltaire y nos lo explique.

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