Juan Vicente Pérez Aras, Diputado Nacional PP. Un Consell y una Legislatura agotados

Más valencianos que nunca

Con la primavera nos reencontramos los valencianos con nuestra propia esencia como pueblo. Tras el fuego purificador de las fiestas josefinas, el equinoccio nos lleva año tras año desde 1707, a esta fecha marcada a sangre y fuego en nuestra historia. Una lealtad castigada y nunca comprendida que desde Almansa nos persigue. Por ello, en plena conmemoración del IV Centenario de la muerte de nuestro escritor más universal, habría que recordar como éste puso en valor la importancia capital de esta tierra que en su época era uno de los focos culturales, económicos y políticos más importantes del mediterráneo. Un hecho diferenciador que desde tiempos del Cid Campeador ha marcado nuestro devenir por la historia, siempre de forma inclusiva, abierta y colaborativa como bien describe nuestro Himno Regional, “per a ofrenar nóves glóries a Espanya”.

Aquí se imprimió el primer libro de España, en la primera imprenta de la península ibérica situada en El Portal de Valldigna de la Ciudad de Valencia en 1474, «Les troves en lahors de la Verge María«, escrito en lengua valenciana. En esa misma imprenta se imprimió la primera traducción de la Biblia de la historia, del latín a lengua valenciana, en 1478. Se trata de la biblia de Fray Bonifacio Ferrer, hermano de San Vicente Ferrer. Una muestra más de esa impronta valenciana que el ingenioso Hidalgo D. Quijote quiso emular para alcanzar la gloria de ese caballero inmortal, el Tirant lo Blanch, el mejor libro del mundo para Cervantes, escrito también en nuestra propia lengua, el valenciano, por Joanot Martorell.

Historia y cultura propias en las que hemos ido creciendo como pueblo, haciendo frente a las adversidades, a las injerencias de aquellos que han querido marcar nuestro destino apropiándose de ese inmenso patrimonio común forjado durante siglos. Somos un pueblo abierto, espontáneo, moldeado por ese espíritu mediterráneo, crisol de culturas que han marcado ese carácter tantas veces incomprendido como envidiado. Por todo ello debemos cada día seguir sumando voluntades, esfuerzos y compromisos para seguir avanzando por la senda de la historia. Una historia que hoy se encuentra más amenazada que nunca ante el envite de aquellos que buscan tergiversarla en su propio beneficio. Aquellos que en pleno siglo XXI buscan una nueva colonización por la vía de los hechos, con la connivencia de aquellos que por treinta monedas de plata vendieron su voluntad ante la supuesta superioridad intelectual de la otra ribera del Senia.

Por ello es necesario reafirmar ese compromiso político que desde el Partido Popular de la Comunitat Valenciana tenemos con esta tierra y con su gente. Asumiendo nuestros propios errores, apostando por una verdadera regeneración de la Política en todos sus matices de verdad, sin cortinas de humo ni juegos florales que sigan confundiendo y engañando a este gran pueblo. Estamos comprometidos con nuestra cultura, nuestras señas de identidad y nuestras tradiciones, de las que nos sentimos orgullosos y que nos confieren una singularidad como nacionalidad histórica que se siente perfectamente integrada en ese proyecto común que es España.

En estos momentos en los que se confrontan dos modelos de sociedad antagónicos, debemos reafirmarnos en los principios y valores que protejan y defiendan al individuo frente a la masa anónima que busca imponer un nuevo orden social. La “nueva” política se presenta como una verdadera amenaza a nuestro modelo de convivencia, cuestionando todo aquello que no comulga con su definida estrategia de sumisión a planteamientos políticos marcados desde otros territorios que nos ven como sujetos de vasallaje ante el nuevo absolutismo ideológico y secesionista.

De ahí la necesidad de reafirmarnos en ese espíritu de centro reformista y liberal que debe marcar un renovado valencianismo político más inclusivo, abierto y también más reivindicativo, de lo nuestro, de lo propio, de lo de todos. Una clara vocación valenciana, española y europea impregnada en nuestro ADN, y a la que no podemos renunciar ante los retos de los nuevos tiempos. Un compromiso político que hace de las personas el eje de nuestra acción política, profundizando en ese espíritu autonomista que defiende un papel protagonista de la Comunitat Valenciana dentro de España, la reivindicación de una financiación autonómica justa y adecuada con la realidad de cada momento y la defensa y orgullo de nuestra lengua valenciana, de nuestras señas de identidad, de nuestra cultura y de nuestras tradiciones como pueblo.

Toda una declaración de intenciones que hoy debemos poner en valor. Nuestro compromiso con una sociedad cosmopolita que se inspire en los valores de la libertad, la democracia, la tolerancia y el humanismo cristiano de tradición occidental, defendiendo la dignidad del ser humano y los derechos y libertades que le son inherentes, y que la “nueva” política cuestiona día a día. Los mismos que venían a rescatar a las personas han demostrado sus verdaderas prioridades, entre ellas, nuestra anulación como pueblo autónomo dependiente de una entelequia supranacional. Nosotros, los Populares seguimos anclados en la coherencia de esos principios y valores que hoy me hacen sentir más valenciano que nunca.

Artículo de colaboración de Juanvi Pérez

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