Mujeres cincuentonas viajan con alegría

Por Susana Pérez. Las mujeres cincuentonas viajan con alegría y si no, que me lo digan a mí, que he compartido con ellas un largo pero maravilloso y divertido viaje a Galicia, me subí a un autobús lleno de mujeres de cincuenta y tantos, acompañadas de sus maridos, ¿y qué hago yo en este viaje?, observar, aprender y divertirme, solo hay que ver la vitalidad que tienen estas mujeres, además de lo bien que saben pasárselo. En el bus de Valencia a Galicia fue todo una risa, chiste tras chiste, de echo estas mujeres vuelven a tener 20 años.

Una vez en Galicia y cenadas, nos vamos a dar un paseo, ¡estas mujeres no se cansan!, aquí no se habla, solo hay cabida para las risas, una comenta que tiene frío, se coge de su marido y empieza a caminar como si no tuviera fin, las otras amigas quedan atrás a su ritmo, todo está tranquilo, hasta que de repente una de ellas se convierte en un robot, intenta llegar a la primera sin conseguirlo. ¡No nos podíamos reír más!, las mujeres de cincuenta años o más, son maravillosas, tienen un pensar muy positivo e inocente, realizan las cosas de forma que sin saberlo se convierten en auténticas humoristas.

Imaginaros esta escena, uno de los días subimos al autobús, la tranquilidad reina entre mis amigas de cincuenta y …. o al menos eso parece, hasta que escuchamos a una de ellas dar un grito al conductor cuando este arrancaba; ¡¡Espere!!, ¡qué falta mi marido!. ¡En vez de pensar en ella, pensaba en su marido!. Pero lo mejor fue la voz masculina que le siguió y que venía de la parte trasera del transporte; ¡Ey, que estoy aquí!. Era el marido que estaba de tertulia, las risas no se hicieron esperar, ni las bromas tampoco. Una mujer cincuentona piensa más en su familia que en ella misma, pero ya tiene mucho mundo vivido y piensa en divertirse. En este viaje me he dado cuenta de que no hay maldad en estas mujeres, al contrario, al menos por 7 días han estado liberadas de cargas familiares.

Han cogido las calles de Galicia, han ido de tapeo en tapeo donde no ha faltado el buen vino, ay, ay, ¡¡sí!!, piensan correctamente, han estado un poco contentillas, las mejillas sonrojadas, las enfermedades han desaparecido y cuando llegan al hotel resulta que no tienen hambre, ¡¡normal!!, se han pasado el día comiendo y bebiendo, eso si, caminando mucho y comprando regalos para los suyos.

Una noche cuando todas dormían, una de ellas escuchaba golpes, su marido descansaba tan tranquilo, pero ella no podía por el ruido que ocasionaba alguna cosa, y aquí viene la valentía de las mujeres de esta edad, ella se levantó, cerró la puerta del baño… pero los golpes continuaban, así que se le ocurrió tocar la puerta de la entrada a la habitación del hotel, ¿y qué creen?, ¡estaba abierta!, la cerró y se dirigió a la cama, cuando llegó y fue a acostarse, su esposo le preguntó; ¿de dónde vienes?, a lo que ella le respondió; ¡de la discoteca!, ¡nos habíamos dejado la puerta de la habitación abierta!. ¿Cómo les puede pasar eso?, ay, que estarían haciendo…

En fin, maravillosas las mujeres de cincuenta en arriba que la verdad saben vivir muy bien la vida, han terminado este viaje con muy buen sabor de boca, con recuerdos que nunca olvidarán y esperando al próximo viaje con la misma compañía. Y digo yo, ¿podré sumarme a la aventura de estas excepcionales y divertidas amigas?.

Próxima parada……

 

Susana Pérez

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