Modesto Martínez

Próxima parada, procesión cívica

Cada vez estoy más sorprendido, discúlpenme si mi capacidad de sorpresa es tan grande. Creía que lo tenia todo visto, que el actual gobierno que tenemos en la Generalitat es el de los ciudadanos, o eso dicen: de todos y para todos. Desde luego, siempre pensé que a Ximo Puig le costaría «ofrenar noves glòries a Espanya». También pensaba que Joan Ribó no procesionaria con la Senyera, no por nada, sino, por no llegar tarde a su cita con los que se manifiestan en sesión vespertina. Y siendo honestos, quedar mal con los que te ves todos los años no es de recibo.

Al Te Deum no fueron, eso quedó patente, ni dejaron entrar la Senyera por libertad creo haber escuchado. Una forma más de reprimir todo aquello que no les gusta. Poco a poco, esto es el principio.

Desde luego, debo decir que lo que me tiene realmente obnubilado, por no decir en coma, es que los miembros del Consell fueran en autobús desde la Palau de la Generalitat hasta el Ayuntamiento para la procesión cívica. Según Google Maps nueve minutos, unos 800 metros, a paso ligero incluso menos. Unos metros para poder saludar a ese pueblo que tanto aprecian, al que tanto se quieren acercar y al que tanto «miedo» tienen, si no explíquenme lo del autocar. De hecho, fuimos muchos los que lo hicimos así, por la calle San Vicente hasta Arzobispo Mayoral. Dicen que es por seguridad, ¿tan amenazados se ven? Creo que este año ha sido el más seguro de todos, por lo menos el de más policía por las calles que yo recuerde. En otra época esa presencia, en menor medida, era represión. Aunque indeseables que amargan un día de fiesta siempre los hay y, como no podría ser de otra forma, se ha de condenar rotundamente cualquier tipo de violencia, venga de donde venga.

Por Modesto Martínez

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