Juan Vicente Pérez Aras, Diputado Nacional PP. Un Consell y una Legislatura agotados

Refundación

Sin lugar a dudas la palabra más escuchada en estos días de intensa agitación política, con el Partido Popular otra vez en el ojo del huracán. Un verdadero tsunami informativo que vuelve a impactar en una sociedad teledirigida, en esa constatación de la vídeo-política que tan bien nos describió Giovanni Sartori en su libro «Homo videns», donde analiza la trascendencia de la formación de la opinión pública y su utilización estratégica en esa lucha por el poder que nos envuelve.

La RAE en su segunda acepción establece que Refundación haría mención a la revisión de la marcha de una entidad o institución, para hacerla volver a sus principios originales o para  adaptar estos a los nuevos tiempos. En recuperar esa «alma» que nuestra Presidenta ha puesto en valor en ese nuevo tiempo que iniciamos los populares tras la debacle electoral y la aritmética pactista de la nueva izquierda.

Un intenso proceso interno de revisión, de autocrítica, de análisis exhaustivo de nuestras debilidades y amenazas, de nuestras oportunidades y fortalezas. Una revisión de lo que somos, de lo que hacemos y de lo que queremos ser con los verdaderos protagonistas. Todos aquellos que han querido participar en ese proceso abierto sin precedentes y desde las bases. Esas bases que han hecho grande a este Partido y que durante el verano de 2015 empezaron ya a trabajar y desarrollar nuevas fórmulas de regeneración interna, de apertura y participación.

Desde la direcciones provinciales se articuló toda una agenda de trabajo para poder recoger esas inquietudes, sugerencias, críticas y propuestas que las bases exigían. Los grandes cambios siempre empiezan de abajo a arriba, y las nuevas direcciones orgánicas del Partido, captaron ese mensaje de renovación. Un trabajo exhaustivo recogido en documentos que van a marcar un antes y un después en la intrahistoria de este Partido. Con un plus añadido, el firme compromiso de nuestra Presidenta de liderar ese proceso de renovación, defendiendo en el Congreso Nacional las propuestas que deben marcar el futuro de nuestra Organización política con las modificaciones estatutarias oportunas.

De ahí la importancia en la implementación de medidas que nos permitan seguir avanzando por la vía de la regeneración. No hay vuelta atrás, ni segunda oportunidad. Es el momento de hacer de la necesidad virtud, y acometer los cambios necesarios para reencontrarnos con esa alma perdida. Cambios desde la ejemplaridad, la contundencia y la convicción para reeditar esa alianza con una sociedad que necesita tener referentes sólidos ante las amenazas populistas que nos acechan en los momentos de debilidad y dificultad.

Así lo hemos entendido en el Partido Popular, y así lo estamos acometiendo desde ese espíritu reformista que nos caracteriza. Una acción que debe ser liderada por los mejores. Hombres y mujeres comprometidos, jóvenes y veteranos con autoridad moral para aportar lo mejor de ellos mismos en estos tiempos de zozobra. Y este Partido cuenta, en calidad y en cantidad, con numerosos referentes para liderar esta regeneración. Nuevos equipos, nuevas caras, nuevos mensajes, nuevas formas de reconducir nuestra acción política.

La Junta Directiva del viernes pasado fue un claro exponente de ese compromiso, de ese verdadero espíritu que ha caracterizado siempre a este Partido. Un Partido que fue creciendo poco a poco, pueblo a pueblo, militante a militante, hasta conformar un proyecto político con vocación de gobierno, el más importante de esta tierra. Y su mensaje fue contundente y claro. El órgano interno más importante entre Congresos demandó cerrar filas ante la corrupción y aplicar una nueva hoja de ruta que nos permita seguir liderando la regeneración democrática y fortalecer nuestras estructuras de cara a los Congresos que establecerán un nuevo modelo de organización, menos presidencialista y más participativo.

La corrupción busca implosionar el sistema, y para ello debemos perseverar en los valores democráticos, en esa virtud cívica que nos permita mejorar nuestra calidad democrática. Y en el Partido Popular debemos ser ejemplares en el momento más crucial de nuestra historia. Por la dignidad de la Política, por las decenas de miles de afiliados de la mayor fuerza política de esta tierra y de España, por los millones de personas que confiaron en nosotros con su voto, por la defensa del Estado de Derecho y las garantías constitucionales.

La verdadera «nueva» Política demanda ese plus de compromiso cívico, para ir desplazando todos esos males que nos siguen aquejando desde el siglo XIX. Debemos abanderar una verdadera refundación, no solo interna que también, sino de ese sistema democrático que nació del espíritu de la Transición. Que la «crisis política de España» que describió Joaquín Costa en su discurso de Salamanca en 1901, también una crisis económica e institucional, no siga lastrando nuestra cultura democrática y nuestra apuesta por una verdadera regeneración. Una exigencia que nos demanda la sociedad y una condición para poder recomponer esa confianza con nuestros conciudadanos.

Artículo de colaboración de Juanvi Pérez

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