Mare Nostrum, Un mundo difuso para una agricultura en riesgo

Revolución regeneracionista

Septiembre ha iniciado su periplo tal y como estaba previsto. La Izquierda a vueltas con su identidad perdida. Las diferentes familias ideológicas que se aglutinan en su espectro ideológico desmenuzan la cascada de encuestas que vaticinan una nueva Arcadia para el Socialismo del Siglo XXI. Un viaje para el que no necesitan alforjas, pues el cada vez más cercano aniversario de la caída del Muro de Berlín volverá a la realidad a todos aquellos arúspices que siguen empecinados en dar la espalda a la realidad, la de todos, no la creada ad-hoc por ellos.

Ensimismados por un escenario ficticio, reflejo del paraíso bolivariano y espoleados por sus profetas mediáticos, esperan subir la temperatura social en aras a socavar la credibilidad del Gobierno. La recuperación económica está llegando, el abrazo y la bendición de la todopoderosa Merkel a la valiente apuesta del ejecutivo de Rajoy, han desatado el nerviosismo en unas formaciones que ven los 257 días que faltan para la cita electoral como otro muro insalvable para su desmedida estrategia de acoso y derribo al Partido Popular. Tempus fugit de manera inexorable para nuestra Izquierda que hunde el pie en un acelerador que les acerca más a un precipicio al que el populismo y la radicalidad les están abocando.

El Partido Popular se enfrenta a su mayor reto, no solo de gestión, con lo que está suponiendo levantar un país hundido por las políticas equivocadas de la Izquierda. Una situación que conllevaba de forma prioritaria y urgente resolver los graves problemas de nuestra economía y hacer frente a una situación de verdadera quiebra de nuestras Administraciones Públicas. Parar de forma contundente una Intervención en toda regla, de la que hoy ya nadie se acuerda.

El verdadero reto se va a centrar en el debate ideológico. Con una Izquierda escorada y secuestrada por el populismo, el Partido Popular tiene que hacerse fuerte en los principios y valores asentados en el centro reformista, aquellos que han identificado siempre los ciudadanos y al que se han encomendado para sacarnos de las graves crisis que nos han provocado en nuestra historia reciente las políticas de la Izquierda. Y su mandato en las urnas fue contundente e inapelable.

La verdadera revolución regeneracionista ha sido puesta en marcha por el Partido Popular en todos sus niveles de gobierno, autonómicos y locales, poniendo en valor una vez más, que aquí hay que mojarse, pasar de las palabras a los hechos y apostar de forma valiente por un modelo mayor de empoderamiento con la sociedad. Y un ejemplo de ello lo tenemos aquí, en nuestra Comunitat, con el President Fabra como abanderado de ese movimiento reformista que está avalando nuestras justas reivindicaciones, dando un ejemplo al resto del país de responsabilidad y seriedad política. Una hoja de ruta para una Comunitat marcada por “todos”, que quiere sacudirse esa etiqueta tan injusta como falsa.

Las reformas estructurales acometidas no han tenido precedentes en nuestra Democracia. La reforma laboral. La energética, de las pensiones, la presupuestaria, la reforma de la Administración, la de la unidad de mercado, la educativa, todo el paquete en materia de regeneración democrática y de lucha contra la corrupción, etc. La mayor apuesta de nuestra historia que empieza a dar sus frutos y a ser reconocida por todos, devolviéndonos un prestigio internacional que nunca debimos perder.

Por ello, ¿a qué teme la izquierda? El diálogo y la reflexión conjunta son más necesarios que nunca si queremos fortalecer nuestra Democracia. El NO por sistema no les servirá de escudo ya que sus propuestas han llevado al descalabro a las sociedades que las han sufrido.

El regeneracionismo debe llevarnos otra vez a la senda de la autoestima, la confianza y el crecimiento. Debe servir para salvar los escollos aún difíciles que nos esperan y, tomando las palabras del Presidente Rajoy en la clausura de la Escuela de Verano, “sería muy bueno que hubiera menos extremistas, menos pesimistas, menos agoreros y que hubiera mucha más gente, que somos la inmensa mayoría de los españoles, orgullosos de su país, con ganas de dar la batalla, con ganas de mejorar y de crecer”.

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