Tres tuits y cuatrocientas respuestas

Tres tuits y cuatrocientas respuestas a cuenta del agua. Todo el mundo que se maneja mínimamente en las redes sociales sabe que en un tuit sólo caben 140 caracteres. Por lo tanto, si la idea a expresar es algo más extensa habrá que hacer uso de un segundo tuit. Así empezó la cosa que ahora les cuento.

El viernes quise hacer un pequeño experimento, y publiqué dos entradas en Twitter sobre la actual situación del Ebro, sobre la que por cierto casi todos los medios valencianos -no sólo éste- hablan contraponiéndola con la sequía en nuestros campos. Una situación la del Ebro que es preocupante, que no es nueva, que se repite año sí año también, que es por tanto al menos parcialmente previsible y evitable. No por parte de los directamente afectados (que ven venir el agua impotentes), sí desde los despachos oficiales (que parece que no la huelen a tiempo). En el primero dije que “veo las inundaciones en Aragón y no dejo d pensar q las tienen pq quieren.Por avariciosos al negarle el trasvase dl #Ebro a la C.Valenciana”. Cientocuarenta caracteres. Y añado a continuación que “y conste q no m alegro d la desgracia d las personas q padecen en sus bienes las decisiones q otros adoptaron en sus despachos #Ebro”. Fin del mensaje.

El viernes pasa poco: el que vigila el hagstag #Ebro se ve que no está alerta. Pero el sábado el CHA y el PAR -y un poco ERC, partido que pactó con ZP cargarse el PHN con trasvase al que PSPV y CIU no se opusieron cuando gobernaba Aznar- movilizan a sus bases y me inundan -con perdón- a insultos y argumentario. Cuelgo entonces mi tercer tuit sobre la cuestión: “Ahora q he captado vuestra atención os anuncio respuesta a todos mañana, y reitero q deseo q a nadie le pase nada malo con la crecida dl #Ebro”.

Siguen los improperios, e incluso amenazas de muerte que nadie afea. Utilizando los razonamientos que me aplican podría entender que a los que los leen y retuitean les parecen bien esas amenazas. Le daré una vuelta a mi neurona con eso, a ver qué se me ocurre. Algunos ejemplos: “ya que mueras ahogado pedazo de hijo de puta” (Javi Ortega Salas); “gracias colega, yo ya conocí a tu madre y todos sabemos que de una puta y un murciano nació el primer valenciano” (Javier Garcés Leza); “sólo de una mala paja de tu progenitor podría salir un personaje que se le ocurriera semejante barbaridad” (autor, ZaragozaALÉ, tuit favorito para Cuco Barrachina). Sólo diré una cosa al respecto: o ALÉ y Cuco no saben lo que es una paja, o tienen una viga en un ojo. De todas formas, la inmensa mayoría de los que me han insultado lo han hecho sin nombre. Y digo yo que al menos su primer apellido sí lo conocerán. Hay uno de los que no lo ponen, un tal Gall Way, que me dice que “para que quereis vosotros el agua si ni siquiera la sabeis guardar te recuerdo la pantanada de Tous!!!”. Le recordaré a Way que en Tous hubo muertos. Vuelvo a desear -como en mis tuits- que en Aragón -o donde sea- no los haya ni ahora ni nunca.

garcés-leza-tuit

cuco-tuit-progenitor

ZaragozaALE-tuit

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Algunos otros de los tuiteros que me han prestado atención (poca al parecer) han argumentado alguna que otra cosa. Discutible. Uno me dice que si queremos agua para hacer campos de golf, desconociendo que ése cultivo es mucho más rentable que cualquier otro que se pueda dar en cualquier lugar de España. No lo digo yo, lo dicen los químicos agrícolas. La mayoría de mis increpadores también desconoce (o ignora a propósito) que la Comunidad Valenciana aporta al Estado más de lo que recibe de él, y que a Aragón le pasa justo al revés. Por tanto los aragoneses (a quienes en buen número acogemos como a hermanos, de mil amores, y con los brazos abiertos cuando deciden venir a vivir a la Comunidad Valenciana) deberían ser de los más interesados en que el campo valenciano vaya bien, porque les acabará beneficiando. Malgastar el agua en intentar convertir desiertos en huertas es desconocer cómo funciona la naturaleza.

Y respecto del déficit valenciano, como hasta Montoro ha reconocido, se ha generado no por despilfarro de nuestros políticos (que también lo ha habido, y así se ha denunciado en estas páginas y se seguirá haciendo cuando vuelva a ser noticia) sino porque a cada valenciano se le da menos para cubrir su sanidad, su educación, y sus servicios sociales que a la media de los españoles, aragoneses incluidos, fruto de una injusta financiación autonómica. No les aburriré con datos, de sobra conocidos y reconocidos, y mil veces publicados.

Pero analicemos si les parece mi primer tuit, el más polémico, por mucho que algunos aún intentaran discutirme después también el el segundo y el tercero. En él hablo de Aragón, no de Navarra ni de La Rioja. Y lo hago porque en su estatuto de autonomía y en su ley de aguas se da por consolidada en términos legales una reserva de agua “exclusiva” para Aragón de 6.550 hectómetros cúbicos, y se dice que “los aragoneses tienen derecho a exigir a los poderes públicos la oposición a las transferencias de aguas de las cuencas hidrográficas de las que forma parte la Comunidad Autónoma de Aragón que afecten a intereses de sostenibilidad, atendiendo a los derechos de las generaciones de aragoneses presentes y futuras”. Las competencias hídricas cuando el río pasa por varias comunidades es estatal. Pero ellos tienen derecho a oponerse basándose en las necesidades de un número indeterminado de aragoneses que nadie sabe cuántos son porque aún no han nacido. He ahí la “avaricia”. En cambio en una de las reformas estatutarias valencianas -con apoyo de PP y PSOE- sólo se indica que aspiramos a “la redistribución de los sobrantes de agua de cuencas excedentarias”. Ellos pueden vetar porque sí, nosotros sólo aspiramos a los excedentes, una vez garantizado el caudal ecológico y algo más. Aun así un tal Jesús Herrera me llama “ignorante” y se atreve a decir que “nadie negó el trasvase. Se negó el hacerlo sin arreglar el riego en Aragón”. Que precisamente era condición previa recogida en el PHN de Aznar. Pero de eso Herrera no se ha enterado aún. Y mira que han pasado años. Que la noticia no te estropee el titular.

Con todo, lo más polémico del primer tuit parece haber sido la frase de que las inundaciones “las tienen pq quieren”. Es de cajón que los afectados no las desean. Cualquiera que no tenga la boina calada hasta los ojos puede entender eso, yo lo tengo muy claro. Hay cosas que no debería hacer falta explicar. Por lo tanto es más que evidente que me refiero (como ya he argumentado en el párrafo anterior, y explicito en el segundo tuit) a quienes toman decisiones que traen, de la mano de la naturaleza, estas consecuencias. Pero no todo el mundo tiene o la capacidad o el interés de comprender. En Twitter, como vemos a diario, la gente suele sacar lo peor de sí mismo. Y no se puede decir sin faltar a la verdad que las inundaciones son inevitables aun con trasvase porque la toma se previó en Tarragona, porque ni la decisión del desembalse a tiempo de los pantanos aragoneses se decide en Cataluña, ni tampoco la limpieza de los cauces en las partes medias del curso del río, como apunta otro tuitero. Alguno sugiere que los valencianos -alguno aún nos llama “levantinos”, como cuando Franco- recojamos la lluvia de las gotas frías (que ésas sí suelen provocar muertos) cuando cualquier bachiller de poco provecho sabe que eso es imposible a no ser que llueva en los cauces. Y ese agua sí se almacena y aprovecha.

De la polémica me han llamado especialmente la atención algunas cosas: por ejemplo, el dominio del valenciano que creen tener en Aragón a cuenta del famoso y lamentable “caloret” de Rita Barberá. O que algunos vean en un simple tuit mío una maniobra de todo el PP. ¿Acaso desconocen los que entran en ese terreno a qué partido pertenece su presidenta, la popular Luisa Fernanda Rudi, evidentemente contraria al trasvase entre otras cosas porque el PAR, con quien gobierna, así lo quiere?

Voy terminando. Algunos han criticado la oportunidad de mi primer tuit (del segundo ni se acuerdan), y me afean que haya gente precisamente ahora pasándolo mal por culpa de la crecida del Ebro. Miren: si lo pasan mal (y no me alegro) es porque el Ebro ha crecido y no han conseguido aligerar su caudal a tiempo (a lo que hubiera ayudado les guste o no un trasvase), no porque yo haya publicado un tuit. Y en todo caso, si no lo publico con ese punto de mordiente (que lamento que haya podido molestar a algunos aragoneses de bien, que seguro que también los hay entre los comunicantes de ayer) el tuit no hubiera tenido la repercusión que ha tenido. Y lo que yo quería era conseguir precisamente que los excedentarios piensen alguna vez en lo mal que lo pasan las familias hídricamente deficitarias que ven cómo se destruye su forma de vida por la falta de solidaridad de otros españoles. Que aquí cada cual va a la suya, y eso no puede ser. Un representante de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), Pablo Boullosa, ha denunciado estos días que la situación en la Comunidad sigue siendo “dramática”, mientras se pierde gran cantidad de agua en el mar como consecuencia de las últimas crecidas del río Ebro. “Esto clama al cielo”, resumía. Pues eso.

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