Enrique Arias Vega, colaborador en Valencia News. Más fácil protestar que hacer

Un país privilegiado

Este año se esperan en España más de 70 millones de turistas. Un nuevo récord. No vienen, se supone, porque aquí lo pasen mal. Al contrario. Les gusta el clima, el ambiente, la relación calidad-precio y el bienestar general. Eso, si ellos no mienten en las encuestas, que no tienen por qué hacerlo. Así se explica que nuestro país siga siendo el tercer destino turístico mundial. Y en ascenso.

Pero no son sólo los turistas. Muchos jubilados de los países desarrollados han elegido España para disfrutar de sus últimos días. Su calidad de vida en este país, dicen, es enormemente superior a la de sus lugares de origen, incluyendo vivienda, sanidad, servicios varios y prestaciones sociales. Vaya: muchas de las cosas, precisamente, de que nos quejamos aquí.

En consecuencia, la cosa no debe estar tan mal. Entre otras razones, por la creciente inseguridad comparativa ante el terrorismo de los países de nuestro entorno y la caída en picado de otros destinos vacacionales alternativos, desde Túnez a Turquía.

Si miramos el ranking mundial de calidad de vida, estamos en el número 22 de los 194 Estados de la ONU, lo que no está nada mal si comprobamos que aventajamos al Reino Unido o los Estados Unidos, por ejemplo.

Todo esto viene a cuento de las recientes declaraciones de Rafa Nadal sobre que España es un país privilegiado. La virulenta y aberrante reacción en su contra de algunos compatriotas descerebrados no hace más que dar la razón a nuestro tenista, porque si vivieran en alguno de los países que parecen preferir esos majaderos, ya estarían en la cárcel por haber hecho semejantes manifestaciones.

Vivir para ver.

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