EDITORIAL. Alfonso Rus reta al PP ante el silencio de la Fiscalía

La última hora del Rusgate –como ya lo denominan algunos- está sacudiendo los cimientos del PPCV. Y es normal, hablamos del presidente provincial de Valencia, pero lo que más nos importa como ciudadanos, también del presidente de una institución pública como es la Diputación de Valencia y alcalde de la ciudad que vio nacer a los Borja. La última hora es que Alfonso Rus ha sido suspendido temporalmente de militancia y apartado de la dirección provincial del partido, ocupación que por el momento ocupará el secretario general del PP provincial y alcalde de Vilamarchant, Vicente Betoret. Pero a la vez, Rus continúa siendo presidente de la corporación provincial y, sobre todo, candidato número uno a la alcaldía de Xàtiva. Y la información que tenemos –poca, demasiada poca– es que hay unas grabaciones que supuestamente comprometerían al todavía alcalde de la capital de la Costera. Pero nos resulta difícil de creer que por lo que ha trascendido en algún medio de comunicación (vía filtración, no confundir con periodismo de investigación), el presidente del PPCV y a la sazón del Consell, Alberto Fabra, se atreva, sin convocar el Comité de Garantías del partido, a tomar una decisión tan arriesgada como ésta. Por lo que sabemos la bronca entre Fabra y Rus ha sido importante. No es para menos. Pero, ¿dónde queda la presunción de inocencia? ¿Contradice Fabra su famosa raya roja al fulminar sumarísimamente al socarrat?, ya que cabe recordar que Rus ni está imputado, ni hay caso abierto, ni por el momento nada de nada por lo que a la Justicia atañe. De lo que no nos cabe duda es que Fabra y otros dentro del PPCV, como Rita Barberá a tenor de sus declaraciones de ayer sábado, sí habrían tenido acceso a toda la información que pondría en jaque a Rus. En caso contrario, tamaña decisión es difícil de explicar y menos de justificar.

¿Hacia dónde vamos ahora? Tenemos un presidente de la Diputación que formalmente –y temporalmente si se quiere- no pertenece al PPCV y que además, lo niega todo. Y un problema no menos grave, un cabeza de lista en municipio de peso que tampoco pertenece al partido. A nuestro juicio, Rus debería dejar mañana mismo sus cargos públicos, a saber: la presidencia de la Diputación (y su acta de diputado) y la vara de mando municipal (y su acta de concejal); no es de recibo, ni ético que siga ni un minuto más, a tenor de lo que hemos podido escuchar en las grabaciones y sobre todo, debe hacerlo por higiene democrática y responsabilidad institucional. Respecto a la candidatura a la alcaldía de Xàtiva, poco se puede hacer. Conviene recordar que las listas están presentadas en la Junta Electoral y la concurrencia es personal, es decir, en este particular, nada puede hacer la dirección popular. A pesar de las presiones sobre el también presidente del CD Olímpic para que abandone esta lista, Rus como quien oye llover, ninguna ha surtido efecto. Por el momento, sigue encastillado y no sabemos si hasta el día 24, y de producirse una victoria local, tendremos un nuevo caso Novelda. En ese último, la exconsellera Milagrosa Martínez, con el apoyo del grupo popular municipal, sigue como alcaldesa de esta localidad del Vinalopó Mig a pesar de que no fue suspendida de militancia. Al contrario, fue directamente expulsada por su implicación en el caso Gürtel, aunque a diferencia de Rus, la decisión sí la tomó el Comité de Garantías del PPCV. ¿En qué lugar se situarán los concejales presentes y futuros del PPCV en Xàtiva? ¿Seguirán apoyando a Rus o harán caso a la dirección territorial del partido?

Pero aún hay más preguntas. ¿Tan grave es la información que maneja Alberto Fabra para dispararse en el pie de esta manera? ¿Podría afectar a todo o a una parte significativa del PPCV? ¿Se trata de elegir el mal menor para evitar un mal mayor? Y la más importante: ¿qué papel está jugando la Fiscalía? De ser tan grave como parece, ¿no les parece que Alfonso Rus debería haber sido citado por el juzgado para declarar y tras ello quedar imputado o no? Hasta ahora, era al revés, la imputación precedía a la expulsión o a la dimisión, pero en este caso la sensación de descontrol, de circo, si se quiere, no puede ser mayor. Y si el mismo lunes Rus todo sigue igual, el desconcierto social irá en aumento. Necesitamos, ¡exigimos!, explicaciones. Aclaraciones de Rus, de Fabra e incluso de Mª Dolores de Cospedal, pero sobre todo de la Justicia, ya que sabemos que Esquerra Unida entregó hasta 10 horas de grabaciones a la Fiscalía. En caso contrario la sensación de desamparo del ciudadano sería inmensa y no podemos permitir que se siga socavando nuestra confianza en el estado de derecho.

Mientras tanto y pesar de los atronadores silencios (¡demasiados!), en ValenciaNews seguiremos haciendo lo que sabemos y trabajando por el motivo por el que nacimos: contarles lo que les ocurre y preocupa a los valencianos de la manera más honesta.

Ir arriba