La imagen mariana presentaba un alto nivel de degradado, con importantes alteraciones y deterioros, como los causados por los insectos xilófagos, los cuales ponían en peligro su perdurabilidad en el tiempo. La imagen precisaba de una intervención que frenase su deterioro, aunque eran evidentes diversas intervenciones puntuales anteriores como las reconstrucciones de la mano derecha de la Virgen y el Niño. También son muy visibles las pérdidas de policromía original, que han dejado a la vista los estratos preparatorios, en unas zonas, y en otras, el soporte de la madera, o las grietas estructurales.
Las primeras actuaciones que está realizando el IVC+R han consistido en la realización de los estudios científicos previos, como el análisis de los materiales constitutivos de la obra, que permitirán conocer las técnicas de ejecución de la misma, y el tratamiento de desinsectación por anoxia mediante atmósfera modificada de nitrógeno para erradicar cualquier foco activo de insecto xilófago. A los que seguirán la consolidación de la policromía, la limpieza de esta y la reintegración volumétrica y cromática de los faltantes. Toda una serie de tareas encaminadas a devolver a la imagen a su esplendor original.
Se trata de una imagen sedente de la Virgen con el Niño Jesús en brazos que sigue la tradición mayestática románica, aunque algunos aspectos como la incipiente sonrisa en el rostro de la Virgen o el desplazamiento del Niño a un lado, hacen pensar que ya estamos ante un modelo escultórico gótico.