Duelo en la arena de Pinedo

 

 

Desde hace más de 140 años se vienen desarrollando estas carreras de caballos en la arena de Pinedo durante las celebraciones de la ‘Festa Grossa’ de la pedanía de Valencia. Bajo la dirección de la Asociación de Corregudes de Joies i Sant Antoni Abad de Pinedo, que este año se estrenan como corporación, del 19 al 21 de agosto a las 19,30 h tiene lugar una cita ineludible con la equitación que atrae a vecinos, turistas y veraneantes.

Alrededor de las 19 h la gente comenzó a tomar la playa de la ‘Creu de la Conca’ y a ubicarse en los laterales de la improvisada pista de competición sobre la arena. Esta carrera, en el que hombre y el caballo son igual de importantes, esta enmarcada dentro del programa de recuperación de deportes tradicionales valencianos. La curiosidad de esta competición reside en que el los jinetes montan a los caballos sin montura.

“Ahí reside su particularidad –comenta Paco Sáez, presidente de la Asociación de Corregudes de Joies i Sant Antoni Abad de Pinedo- Este año estrenamos ‘legalidad’. Nos hemos constituido como asociación por varios motivos; principalmente porque no queremos que se pierda esta tradición pero también porque es necesario llevar un control durante el acto, con los animales y los jinetes que participan en la competición”.

Este año participan en la competición, que durará hasta el miércoles, 9 jinetes. Cinco amazonas y cuatro jinetes llegados de varios clubs hípicos y yeguadas de la zona de Valencia así como una procedente de Mallorca. Durante los tres días el torneo la jornada se desarrollará en nueve mangas en las que los caballos competirán entre ellos para así proclamar al campeón y hacerle entrega del ‘mocador de seda’, tanto al jinete como a su equino.

Inicio marcado para la caída de un jinete

La jornada del lunes estuvo marcada por la caída de uno de los jinetes durante el quinto duelo de la tarde pero pese a este contratiempo los asistentes pudieron disfrutar de una divertida e interesante tarde de equitación, velocidad y arena.

Aproximadamente a las 19.30 h los organizadores del evento dieron el pistoletazo de salida. Alrededor de trescientas personas presenciaron la competición en la playa de Pinedo. La gente, sorprendida de la velocidad que tomaban los animales en la recta, retrocedía tres o cuatro pasos del recorrido al acercarse por su lado los caballos que cabalgaban sobre la arena. Durante las primeras cuatro mangas la gente pudo disfrutar de una jornada agradable y de una emoción que se palpaba en el ambiente.

En el quinto duelo, nada más emprender la salida, uno de los jinetes caía del caballo y sufría un pisotón por parte del animal. Durante cincos minutos se genero la alarma entre los participantes, los organizadores y el público. Primero por el jinete, que quedaba tendido sobre la arena, y segundo, porque el animal, asustado, trotaba libremente por la playa desbocado. Finalmente, tras unos minutos de pánico se consiguió atrapar al caballo y la Policía Local avisaba a una ambulancia para que acudiera a socorrer al jinete accidentado.

Tras una parada de media hora se retomó las últimas dos mangas de la jornada del lunes. Quizás por lo que acaba de acontecer, las amazonas que en esta ocasión competían no forzaron al animal y no cogieron las velocidades que anteriores duelos se presenciaron. Pese al pequeño susto, la competición del lunes terminó alrededor de las nueve de la noche. Mientras los asistentes despejaban la zona la organización recordaba que la competición tendría lugar también el martes y miércoles. 

Tradición sobre la arena

En sus orígenes, tres carcasas anunciaban el principio de los festejos. Entonces, los jinetes, vestidos con la indumentaria clásica de la huerta valencia -camisa, alpargatas de careta y faja-, y llevando al caballo del ramal, daban una vuelta por el recorrido de la prueba, examinando el terreno. Las carreras solían durar tres días consecutivos, con dos, tres y hasta cuatro carreras diarias, según el interés y rivalidad de los participantes.

Estas carreras de caballos, que se realizan tradicionalmente en Pinedo, son particulares porque los caballos corren sin montura. Este torneo formaba parte de las fiestas patronales de casi todos los pueblos y pedanías de l´Horta Sud, pero actualmente sólo en Pinedo se continúa con la tradición. Los vecinos de esta pedanía quieren que se declare fiesta de interés turístico y patrimonio de la humanidad, por ser más antiguas incluso que las de Sanlúcar de Barrameda.

Una prueba de velocidad para rememorar aquellos desafíos de antaño entre agricultores para ver quién tenía el caballo más rápido. Una tradición viva. 

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