El caldo de la calle

 

 

A algunos les fue mal hace tanto que no recuerdan ni cuál es su pasado. La gran mayoría vaga errante y no quiere salir de su rutina. Cada vez son más mujeres maduras las que se ven obligadas a hacer colas para recoger comida y ropa, más jóvenes varones los que se encuentran durmiendo al raso y más valencianos los que viven por debajo del umbral de la pobreza (333.400 más que en 2007). Y todos, absolutamente todos, desconocen que la semana pasada se ‘celebrara’ el Día de las Personas Sin Hogar. Será porque absolutamente todos sus días podrían llamarse así y porque están para poca ‘fiesta’.

Hace unos días Cáritas explicó durante 2012 atendió a 1.145 personas sin techo en Valencia, en sus comedores sociales y sus servicios de duchas o ropero (un incremento del 28% respecto a 2011). Su testimonio es clarificador de cómo están evolucionando las cosas y cuáles son los estragos de la crisis. Buena cuenta pueden dar también asociaciones como Amigos de la Calle y VLC News ha estado con ellos.

En 2007, cuando arrancó su actividad, eran 16 las personas a las que atendían en las calles de la ciudad. Ahora llegan a las 300. No es la cifra de indigentes que existe, tan solo es el número de caras conocidas que frecuentan cada domingo, a lo largo de sus cuatro rutas por la ciudad y en el punto de partida de ellas. A las 20 horas, cuatro vehículos cargados ocupan el callejón entre el Botánico y la sede del PP. Abren sus maleteros y las colas empiezan a formarse con alrededor de 150 ‘sin techo’.

La primer furgoneta reparte comida: primer plato, un vaso de sopa con pollo y pasta o arroz. segundo, un bocadillo de pollo, atún, pavo y vegetales (este es el orden de preferencias, siendo significativo -según nos explican- el aumento de petición de verduras en los últimos meses). Tercero, café, bollería y refrescos. 

El cuarto vehículo va lleno de ropa, especialmente interior, calzado,  mantas, sacos de dormir y colchonetas aislantes del frío. 

Todas estas aportaciones son fruto de donaciones, de los propios integrantes de la asociación (unas 70 personas actualmente), como de ciudadanos que de forma altruista se pone en contacto. De un lado, cada 15 días el Banco de Alimentos cede cajas de víveres como yogur, chocolatinas, refrescos y zumos que constituyen, según explican desde Amigos de la Calle, «los caprichos que tanto gustan y saborean en la calle». 

En ocasiones también se hacen con muebles, que son de utilidad para las más de 30 familias a las que también han comenzado a atender en la provincia, «pero como no tenemos sede ni local no podemos almacernarlos y nos ponemos en contacto con los necesitados en cuanto contactan con nosotros para hacernos la donación. Si no podemos colocarla, nos vemos obligados a rechazarla y seguir trabajando».

La asociación ha formado cinco grupos de trabajo, con unas 25 personas por cada uno. Cada semana le corresponde a uno cocinar y, por tanto, poner de su bolsillo la compra. «Nuestro lema es ‘un euro, un menú’ y no solo funciona, sino que demostramos que se puede dar una alimentación adecuada, saludable y cuantiosa con una pequeña inversión», nos explicaron.

Son cuatro las rutas: Mestalla (zona Blasco Ibáñez), Parterre (desde Mercado Central a Barcas), Columnas (desde San Agustín a Gregorio Gea, pasando por Guillén de Castro) y Gran Vía. Con el tiempo, las migraciones dentro de la ciudad han obligado a variar recorridos, pero los nombres de los itinerarios persiste. ¿Qué hace cambiar a los ‘sin techo’ de lugar? La cruda realidad: las agresiones. 

Por ejemplo, el propio Mestalla era al caer la noche lugar de pernoctación. «Pero las agresiones, patadas, saqueos y orines, sobre los indigentes y sus cobijos hizo en determinado momento que les obligaran a marchar», afirman. Y eran situaciones que se comenzaron a producir ya hace meses los jueves, viernes y sábados, coincidiendo con la celebración de ‘botellones’ en la zona. 

Ahora, la zona más conflictiva en este sentido se ha desplazado a Blasco Ibáñez. La más poblada, en cambio, es Guillén de Castro, aprovechando la ampla zona ajardinada y recovecos para guarecerse. 

Y una curiosidad, «los días de fútbol el número de personas a las que atendemos es menor, ya que la mayor parte de ellos se dedican al aparcamiento de vehículos», nos comentan. 

Perfiles

En 2007, el 95% de indigentes era principalmente varón. Las nacionalidades más abundantes en las calles de Valencia eran rumana, búlgara, alemana, italiana y marroquí. «Había muy poco latinoamericano, porque suelen tener una cultura más solidaria y familiar. Y los pocos españoles que había tenían historias de problemas familiares y vicios a las espaldas». 

Ahora, hay más españoles y son «jóvenes y okupas». Este es el dato más llamativo, junto a que las mujeres han comenzado a aumentar su porcentaje, a un 30% de la población indigente. Eso sí, nos cuentan, suelen ir en busca de alimentos y ropa para sus familias, acogidas en hogares de amigos o familiares. Continua habiendo mayoritariamente rumanos, búlgaros y marroquíes. 

La reinserción es difícil en todos los casos. Sin embargo, la mujer está más predispuesta a salir de la calle y también para la asociación le resulta más sencillo encontrarles un empleo como limpiadoras o cuidadoras. «Los hombres son más dados a no querer ayuda ni romper con su ‘libertad’ que, pese a todo, así la conciben», dicen. Sin embargo, han encontrado casos de mujeres que al tiempo de facilitarles ayuda para evolucionar, «al ponernos en contacto e interesarnos por sus vidas, no han querido saber de nosotros. Hacen un tachón en su etapa anterior y abren una brecha con su pasado. No quieren recordar ni reconocer dónde estuvieron».

Navidad fría

En los últimos días hemos visto cómo miles de voluntarios de toda España colaboraban con los bancos de alimentos para procurar víveres a millones de españoles en apuros, especialmente de cara a las próximas fechas navideñas. 

Por su parte, Amigos de la Calle, está preparando un día de Navidad especial para los indigentes. Por cuarto año, y con la colaboración del Colegio Jesús y María, abrirán un comedor para repartir platos de paella. Lois indigente reciben y recibirán en mano la invitación oficial a tal evento, Prevén más de 200 personas en la cita y en esta ocasión, además, les darán «regalos sin estrenar». Es decir, lo más preciado en la calle: ropa interior, calcetines nuevos, sacos y esterillas. Precisamente en estos días la asociación se encuentra en plena campaña de Navidad y sus miembros (que van desde los 8 a los 90 años) recogen todo tipo de donaciones con este fin. 

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