“Existe un movimiento social muy activo y hay que saber aprovecharlo”

 

Durante el pasado año Casa Caridad Valencia repartió 364.777 raciones de alimento, registró 22.187 pernoctaciones de personas sin hogar y realizó 36.524 actuaciones desde sus servicios de escuelas infantiles, centro de día, programas de vivienda e higiene así como de atención personalizada en su módulo de convalecientes. Unas atenciones que mantuvieron su tendencia creciente a lo largo del pasado año y que cada vez van destinadas a colectivos más diversos. Así, 15 de cada 100 personas que acudieron a Casa Caridad durante lo hicieron por primera vez, lo que supone el agravamiento de la situación de vulnerabilidad social.

Sin embargo, a pesar de las cifras negativas en cuanto a aumento de atenciones, también se observaron buenos datos como «el del aumento del compromiso social por parte de los ciudadanos» comenta orgulloso Casanova. Así, Casa Caridad registró el pasado año un incremento del 11% en el número de voluntarios, hasta llegar los 196, que “suman esfuerzos totalmente altruistas y, con una perfecta organización, desempeñan tareas de todo tipo”, tal y como comentaba Antonio Casanova, presidente de la institución valenciana,que lleva más de veintinueve años siendo miembro de la ONG y trece de ellos como su rector.  

Además del aumento de voluntarios desde Casa Caridad también han notado un aumento de socios y empresas colaboradoras que contribuyen con la institución mediante donaciones de alimentos, recursos para la higiene y limpieza así como otros enseres necesarios. 

“Los socios aumentaron un 5,2% y ya superamos los 3.200. Los ciudadanos y las empresas colaboradoras son el sustento de Casa Caridad, sin ellos no podríamos estar dando servicio asistencial a aquellas personas que lo necesitan. El 80% de nuestros ingresos se deben al apoyo de nuestros suscriptores y el 20% restante nos llega de instituciones públicas” comenta Antonio Casanova.

Durante la conversación Casanova hace alusión al coste que tiene, diariamente, la ONG valenciana “tener las instalaciones a punto, solo en la sede de aquí de Valencia, tiene un coste diario de 9.300 euros”

El equipo de Casa Caridad es una gran familia

Durante nuestra visita al centro nos damos cuenta que Casa Caridad es una institución adecuada al día a día que «vive en el presente» y esta perfectamente «adaptada a la situación actual». El comedor, el albergue, el taller de día y la escuela infantil están en muy buenas condiciones y el personal es encantador.

“En Casa Caridad trabajamos alrededor de cincuenta personas, unas veinte son personal administrativo, limpieza, cocina y otros profesionales como el de servicio de seguridad. Y por otro lado, el corazón de la institución, unas treinta personas forman el equipo de servicios sociales:  trabajadores sociales, psicólogos, educadores o maestras de educación infantil, entre otros” comenta Casanova. 

Y es que cabe destacar la “parte no visible de la institución” como nos recalca Antonio Casanova. Además de sus servicios de comedor, que quizás es la faceta más conocida de la corporación junto a su servicio de hospedaje para personas sin hogar, desde Casa Caridad se llevan a cabo otras iniciativas sociales menos conocidas pero “no por ello menos importantes, sino todo lo contrario” insiste Casanova. Y es que esta institución cuenta con aulas infantiles “completamente gratuitas” así como servicios de asistencia social y resolución de problemas humanos, morales y económicos. En sus instalaciones se realizan talleres y terapia social para aquellas personas que lo necesiten.

“La terapia social es muy importante. A muchas personas nadie les pregunta cómo están, en Casa Caridad nos preocupamos de ello. Quizás nadie en los últimos años se ha molestado en interesarse por ellos y aquí sí lo hacemos, nos preocupamos por esos pequeños detalles mediante nuestras terapias de grupo, talleres y entrevistas personales con nuestros asistentes”.

Muchas iniciativas solidarias pero poca solidez

Pese al momento económico que vivimos, la gente es solidaria y cada vez son más las asociaciones pequeñas las que se vuelcan con los más necesitados. Le preguntamos a Casanova qué le parecen estas iniciativas solidarias y fue tajante en su declaración “existe un movimiento social muy activo y hay que saber aprovecharlo pero pese a la buena fe que puedan tener estas pequeñas asociaciones y por mucho que lo hagan desde el cariño no se realiza del todo bien porque no son profesionales. Se está haciendo una buena obra social pero sin rumbo”.

Antonio Casanova considera que Valencia tiene unos servicios sociales muy bien coordinados y que hay grandes instituciones solidarias que trabajan muy bien como Cruz Roja o Cáritas pero las asociaciones o movimientos sociales más pequeños están llamadas al fracaso, porque las grandes instituciones están supervisadas por gestores y cuentan con apoyo privado, que les permite subsistir en momentos más complicados.

“En Casa Caridad hemos pasado del asistencialismo a la reinserción, búsqueda de empleo y solución de conflictos en materia económica, laboral y social. Esto nos permite adaptarnos y buscar nuevas soluciones, en cierto modo somos medidores sociológicos de nuestro entorno. Nuestra vocación es seguir estando mientras se nos necesite por eso tenemos unos medios y recursos”.

Las nuevas tecnologías se convierten en una parte fundamental de captación de socios

Uno de los retos que se plantea Casa Caridad es darse a conocer entre la gente joven, un reto que intentan afrontar mediante el uso de nuevos medios de comunicación digitales y redes sociales. Para esta organización es importante realizar un relevo generacional de sus suscriptores ya que son un ejemplo de modernidad en cuanto a una institución social activa y para eso trabajan día a día.

Para concluir le preguntamos a Casanova la fórmula para un trabajo tan bien hecho como el que se realiza en Casa Caridad y nos da dice muy tiernamente “tiempo, cariño y mucha imaginación”.

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