Extremadura ataca a Valencia por la financiación

El Gobierno de Extremadura se ha rebelado contra las balanzas fiscales, elemento empleado por el Ejecutivo central y el resto de Comunidades Autónomas para evaluar el equilibrio del sistema de financiación autonómica. El equipo de José Antonio Monago reivindica ahora las balanzas regionales para afirmar que la Comunidad Valenciana es, contra todos los datos, una de las regiones mejor financiadas.

Así, según los datos recopilados por el consejero de Economía, Antonio Fernández, Cataluña «recibe más financiación que ninguna otra comunidad fuera del sistema de financiación autonómica» y que «Valencia, Baleares y Murcia están entre las seis que más fondos reciben por parte del Estado», mientras que Extremadura «está entre las seis que menos reciben». El ranking es totalmente al revés si se observan las balanzas fiscales.

Desde Extremadura mantienen que para analizar el estado de las autonomías «no basta en absoluto con el saldo que presente la balanza fiscal de cada comunidad», sino que «lo realmente importante son los motivos por los que una comunidad en concreto arroja un saldo y no otro». Fernández apunta a aspectos como déficit, deuda y renta per cápita, gasto público del Estado, infraestructuras, energía, ecología, industria y demografía.

Además, según la balanza elaborada por el Gobierno de Extremadura, esta Comunidad Autónoma logró en 2012 el menor déficit y tiene la menor deuda por habitante. En el lado contrario, el consejero de Economía situó a la Comunidad Valenciana, Murcia, Cataluña y Baleares, que «no solo no cumplieron el objetivo en 2012», sino que además han recurrido al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).

En renta per cápita, atribuyen a Extremadura «la más baja» de España y también la «densidad de población más baja del país, con los costes que eso supone para la prestación de cualquier servicio». Por el contrario, Fernández asegura que se trata de la segunda región que «más energía aporta», así como «el pulmón de España» de acuerdo a la «balanza ecológica» y «la gran olvidada a lo largo del tiempo» en términos de infraestructuras e inversión industrial.

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