El solar que se abre entre las calles Amparo Guillén y Progreso, en el barrio del Cabanyal, se convierte en punto de encuentro de un grupo de hombres cada noche desde hace un mes. En torno a una hoguera que encienden una y otra vez, con total impunidad ante la atónita mirada de los vecinos «sin que la policía aparezca», se congregan durante aproximadamente tres horas. El fuego y «los berridos» son los protagonistas, a veces acompañados de bebida, otras de una caja para hacer «algo parecido a música», cantando, riendo, gritando, «pataleando»…
Se trata de 10 a 15 hombres que frecuentan la zona y al parecer, algunos de ellos, «traficantes de droga», según aseguran vecinos del barrio directamente afectados por estas molestias y estos ruidos nocturnos. Llegan a la explanada sobre las 22.30 horas y se dispersan pasada la 1.30. «No sabemos qué hacen allí, pero está claro que se concentran en ese punto porque es el único solar donde no les ponen pegas, no les dicen nada», asegura una vecina cuya vivienda queda justo delante. La misma captó la instantánea que acompaña a estas líneas y que hizo llegar a VLC News en la noche de este miércoles, mientras se producía la incómoda reunión.
«Estamos dejados de la mano de Dios», afirmó. Los vecinos del solar aseguran que este es uno de los puntos más degradados del barrio y no solo son visibles las pruebas a la luz del día. Sino que al caer la noche y a causa de circunstancias como la que describimos, «llamamos a la policía una y otra vez y no aparece. Hay que insistir hasta tres y cuatro veces para que se den una vuelta», explicaron.
La primera voz de alarma que dieron en la noche de este miércoles en el 092 fue a las 23.10 horas. Pasada la medianoche insistieron y, según relató una vecina a este diario, «nos dicen que ya han pasado y por aquí no ha venido nadie», asomada a la ventana.