Iberdrola descubre los “ángeles ocultos” del Patriarca

El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, y el presidente de la Fundación Iberdrola Manuel Marín, visitaron ayer los talleres de restauración de la Real Fábrica de Tapices donde los seis tapices del Colegio del Patriarca de Valencia están en distintas fases de restauración desde el año 2012. La tarea podría estar concluida a lo largo del año 2014; y no se descarta que se celebre una exposición con ellos y otros dos similares, todas piezas únicas del patrimonio, que se conservan en El Escorial.

El Patronato de la Fundación Iberdrola, que se reunió ayer en la sede de la Real Fábrica de Tapices de Madrid, dedicó después parte de la mañana a recorrer las instalaciones para contemplar las fases de lavado y limpieza, tareas iniciales que forman parte del proceso al que van a ser sometidos, por primera vez, los tapices flamencos del Patriarca. Durante la visita, se pudo ver el proceso de lavado de una de las piezas históricas con un jabón especial, en la piscina automatizada del complejo. Un segundo está siendo liberado ahora de todos los recosidos y añadidos que ha recibido en 500 años, para volver a su estado primitivo. Un tercero, limpio ya, está a punto de ser restaurado y reparado.

En las grandes naves de la Real Fábrica de Tapices de Madrid, donde se están restaurando desde el pasado mes de enero, las complejas escenas bíblicas o mitológicas, tejidas hebra a hebra en Bruselas a principios del siglo XVI, empiezan a lucir ahora sus verdaderos colores. Como les ocurrió en su día a los ´´ángeles” pintados por Pagano y San Leocadio, una restauración experta hace que el rojo de los mantos, el rosa de las calzas y el oro viejo de las coronas hayan recobrado su valor cromático original. Donde antes había una pátina de suciedad de polvo y hollín de las velas, van brotando ahora cien matices. Al final del proceso, los seis tapices estarán como el duque de Alcalá de los Gazules, el padre de San Juan de Ribera, los recibió del taller flamenco donde los adquirió, sin duda el mejor de la Europa de su tiempo.

Ignacio Galán y Manuel Marín quedaron tan asombrados por la belleza desvelada como todos los miembros del patronato y los periodistas. Entre las personalidades asistentes, miembros nacionales e internacionales de la Fundación Iberdrola. A destacar la presencia de Fernando Diago, miembro de la Fundación y vinculado a la Universidad Jaime I; el delegado regional de Iberdrola, Julián Bolinches, así como Juan José Garrido y Miguel Navarro, rector y vicerrector del Colegio del Patriarca. Los cuatro, junto con Manuel Marín, el que fuera presidente del Congreso de los Diputados, y el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, largamente vinculado a Valencia, son los artífices de que este mecenazgo haya sido posible.

Ignacio Galán, reunido unos minutos con la prensa, mostró su “satisfacción por la marcha de unos trabajos que están poniendo en limpio uno de los tesoros del patrimonio cultural valenciano”. Manuel Marín, que no ocultaba la necesidad de continuar después con el patrocinio de un sistema de iluminación moderno que ayude a ver mejor las piezas en su emplazamiento de la capilla, estaba muy satisfecho. Y reconocía cómo la Real Fábrica es capaz de aunar el cultivo de las tradiciones en el tejido con las más modernas técnicas conservacionistas para la restauración.

 Limpios, restaurados, correctamente iluminados, los  tapices que habitualmente cuelgan de las paredes de la Capilla de la Inmaculada del Colegio del Patriarca van a ser, sin duda, “otra cosa”. Cada uno de los cuatro que han viajado a Madrid está en una de las fases del proceso que, con el tiempo, propiciará el redescubrimiento de unas piezas muy notables del patrimonio cultural valenciano.

En Valencia, la Fundación Iberdrola está presente en la financiación del Palau de les Arts y patrocina el premio Jaime I dedicado al medio ambiente. En su tercer campo de acción, el patrimonio artístico y cultural, Iberdrola, que ya financió la nueva iluminación de la Catedral, en los últimos años ha dedicado especial atención al Colegio del Corpus Christi, con el patrocinio de la iluminación de la iglesia colegial y ahora esta intervención de restauración de las pinturas de la capilla de la Inmaculada.

Los tapices valencianos, que están fechados entre 1500 y 1530, representan la Parábola de la Viña, La gula y la lujuria, la ira y la pereza y escenas de la vida de Salomón.  El Real Colegio seminario del Corpus Christi fue fundado en 1583 por San Juan de Ribera, que durante unos años fue también arzobispo, virrey y jefe militar del Reino de Valencia. El Colegio atesora un  patrimonio cultural de gran valor aunque, sobre todo, tiene el mérito de haber estado en activo en su misión de formar sacerdotes durante sus cuatro siglos de vida ininterrumpida.

Solamente durante la Guerra Civil española dejó de albergar sacerdotes el Colegio del Patriarca. Pero todo su patrimonio se salvó en tanto que la iglesia fue convertida en almacén de parte de las obras evacuadas del Museo del Prado, que en una ocasión fueron expuestas en el claustro. El artista valenciano Josep Renau, que dirigió es operación de evacuación como director general de Bellas Artes, reforzó toda la iglesia y la habilitó para resistir hipotéticos bombardeos, como se hizo también en las torres de Serranos.

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